LA IMAGEN PREVIA, LA EXPRESIÓN IMPRESIVA

Y

EL AUTO RETRATO

-Texto traducido del original en francés por Régine Gomez [1]

(gomezregine@hotmail.com) -

Comunicación presentada en

“Jornadas de Primavera de la Sociedad Francesa de psicopatología de la expresión”

por el Dr. Bernard Auriol.

(Albi, 31 de mayo y 1 de junio de 1986 )

[publicado en “Psychologie Médicale”, 1987,19, 9; 1543-1547]

Resumen:

En este trabajo me interrogo sobre  el auto-retrato, tomado en su sentido estrecho (auto-retrato pintado, dibujado o esculpido) o en un sentido más amplio (auto-retrato sonoro, caracterológico, etc.....) Me interrogo especialmente sobre sus relaciones con

-         la imagen previa que crea el retrato antes de que exista su modelo

-         la imagen directriz del filósofo alemán L. Klages

-         la imagen directriz del científico francés W. Hégar para el cual  un auto-retrato imaginario impregna, en permanencia y sin saberlo su autor, todas  las formas de expresión.

Me ayudaré, en esta reflexión, de algunos ejemplos tomados de mi clientela.


 

LA IMAGEN PREVIA :

Desde el nacimiento, como en toda circunstancia, el que se manifiesta, incluso por sorpresa, responde al otro, se moldea más o menos bien a lo que el otro espera de él.

La imagen previa es la de la madre (y de los demás) esperando y se manifiesta por diferentes indicios : nombre, ropa, gustos y repulsiones del niño, vocación propuesta, etc. No que el bebé siga siempre el camino trazado (no tiene forzosamente los medios heredados; puede contestar oponiéndose) pero se refiere a  él de todas maneras (S.Lébovici, 1983, p.308 y sgs.). Sus propios fantasmas responden a la imago de los padres a los cuales deberá dar una figuración, a menos que él cree la sorpresa.

La imagen previa es también la del interlocutor inmediato, basado en la historia de las  interrelaciones y especialmente en los momentos que acaban de transcurrir; los esquemas rituales de la conversación  son un ejemplo de ello (¿ de qué se va a hablar en el tren ?). Ahí también la ropa, el look , el estilo, que es el hombre mismo (Buffon, 1754), etc., predestina uno u otro tipo de contacto....

Si el alocutario “ espera” ¿ qué hará el locutor de esta espera : satisfacerla y dibujarse... siguiendo los punteados o crear la sorpresa ? ¡ El “dibujo en punteados” es dado por la manifestación del otro!  ¡ Para su eficacia, supone el previo surgimiento de la gloria y de la vergüenza, del mérito y de la culpabilidad , de la omnipotencia y de la castración ¡  La presencia de la imagen de sí mismo en la expresión  ( muy precoz, sin duda , al menos en prefigurarse ) alcanza el apogeo de su génesis en la fase ano-escoptofílica . ¡En su plenitud, supone el previo surgimiento de la vergüenza , de la culpabilidad y de los fantasmas de la castración!

La clave –pero sólo ella y no todo el proceso- se encuentra en el “ estadio del espejo” (J.Lacan,1949) como si la contemplación jubilosa de sí debiera ser reencontrada a cada momento crucial) de la manifestación; el sujeto está en representación permanente ¡ porque trata  de amar lo que es, a falta de ser lo que ama! A penas  conquistado ese “yo” es alienado porque es resultado de una mirada, seudo conjugación en primera persona : “yo, soy así” ¡equivalente a “mi yo es así” como si el sujeto reivindicara no serlo y se diera como cosa entre las cosas.

La imagen previa está también presente en lo que se llama “ideal del yo” al nivel del inconsciente;  toma su origen en las esperas de los padres (o de otro orígenes, tales los modelos propuestos por el colegio, el “medio de los jóvenes”, la televisión y la cultura en general). Esta imagen  previa está también presente en la manifestación, la manera de ser de los padres y educadores : actitudes, comportamientos, enfermedades, fonemas  o locuciones privilegiadas, etc.

Es un fenómeno bastante parecido al que observamos en los sueños contados (S.Freud, Todo mito es un espejo que da del hombre su imagen en el estado ejemplar; a la vez figurativo y persuasivo, precede una ética que tira hacia un más allá de carencia, una completitud divina , heroica, y andrógina. En nuestra civilización occidental, la figura de Cristo es a menudo utilizada por los delirantes y los escritores; incluso si estos últimos la ajustan a su propio “dadá” (manía) de manera que se les reconozca en ellos : Jesús es “virtuoso melancólico” para Schleirmacher, “socialista” para Proudhon, “desdichado” para Simone Weil...

Alfred Adler(1926), bajo el término de “línea directriz” ha descrito, con gran riqueza, el papel pedagógico, positivo y negativo, de este fenómeno que sin duda limita equivocadamente a la relación inferioridad / superioridad. S. Freud (1914), haciendo de la identificación la operación por la cual el sujeto humano se construye, nos permite comprender la importancia de la distancia de sí y del amor del al yo. Para subsistir en calidad de yo (pulsión 3 de auto-conservación) es una necesidad lógica que el sujeto preserve  una cierta constancia en sus identificaciones; lo que sólo puede hacer vigilándose. El mecanismo de la identificación (y de la “identificación  negativa” descrita por W. Hégar,1938) supone frente al sujeto un modelo que estará integrado como “yo” o “parte del yo”. ¡La instancia juzgadora, el “comparador” (en el sentido cibernético) no es asimilable (es en todo caso más extendido en sus atribuciones) al “súper-yo” de Sigmund Freud (1914) no más que el esquema director aquí postulado no es reductible al “ideal del yo”! ¡Este “comparador” evalúa la mejor o peor conformidad del resultado de la acción  impresiva  de la imagen del “yo” y en el objetivo complejo que conjuga todas clases de esperas inconscientes y conscientes!

He evocado arriba la función de esta presentación del yo permanente: necesidad de fijar “una identidad”, de escapar de una incertidumbre en cuanto a su propia naturaleza, necesidad de seguridad, de estar sobre una base (la guirnalda de los estados pasados del yo, el hilo que los enlaza) a partir del cual podría desarrollarse una tentativa para acercarse al ideal del yo (estados apuntados, esperados, en vía de conquista) : primero ser algo por miedo de no ser nada, poder manifestado, objeto visible.

LA EXPRESIÓN IMPRESIVA

Como lo demuestra J.Corraze (1980), a partir de la literatura psicológica, no podemos atribuir a un narcisismo estricto, bajo la forma que sea, una precedencia cronológica.

La etología humana a mostrado la importancia y los efectos de la impresión, producida y reconocida, en la expresión del lactante: se aparta de una grabación filmada de su madre cuyos movimientos son, por la distancia temporal, hechos aleatorios en relación con sus propias creaciones. Mantiene, al contrario, largo tiempo su placer y sus sonrisas o gorjeos, si su madre responde en tiempo real a sus manifestaciones, aunque sea indirectamente a través de un circuito de vídeo. Esta interacción supone una espera (por parte de los compañeros) para cada un de sus prestaciones. Veremos más abajo que este tipo de experiencia, renovado sin cesar, acaba   por moldear la expresión misma, de manera que cada participante co-pilota el proceso interactivo que no puede explicarse sin tener en cuenta la díada así constituida (o el multiplete cuando los actantes se diversifican).

Cuando el sujeto se expresa puede –y debe, para poder hacerlo mejor- hacerse su propio testigo; los inputs (las informaciones) reaccionan sobre los outputs (las  acciones) de las cuales provienen (retroacción) . ¡ No sólo se produce así el control del contenido que permite seguir hablando sabiendo lo que se acaba de decir, pero también se instaura el reflejo de su propia imagen a través de esa expresión!  Aquel cuya voz es temblona  oye su emoción   después de haberla experimentado o incluso cuando no tenía ninguna conciencia  de ello. ¡ Los participantes de las terapias de grupo de Gerda Boyesen saben bien “que pasa algo” cuando se oyen borborigmos! Los latidos cardíacos, el estado vascular del rostro, el grado de sudación, la secreción lagrimal, sudoral, genital, urinaria, intestinal, estomacal, el ritmo cardíaco o respiratorio, la mímica, toda manifestación, funcional o muscular, lleva una infinidad de características propias  para desvelar los elementos ocultos  o no del sujeto que se expresa.

El que habla transmite generalmente una información tratando de realizar con su alocutario un acuerdo sobre el objeto; éste es el “plan del comunicado”. Este hecho indica un “pacto” (Jacques Lacan, 1954) que constituye “el plan del reconocimiento en cuanto la palabra une a los sujetos” en interacción de manera no aleatoria: como todo pacto, este es firmado; implica tal frente a tal y no cualquiera frente a cualquiera.... Cada protagonista se da, según un cierto dibujo y con cierta intención, al otro que se presenta también de cierta manera.

El uso del segundo grado le conduce a emplear este hecho para pasar de esta simple presentación -automática- de sí (o expresión directa, “ingenua”) a una re-presentación dictada por una imagen que trata de dar (que llamo junto con Hégar y Klages : “expresión impresiva”). Este juego puede ser consciente, en el disimulador, el actor, el paciente de bio-feedback , etc pero también engendrarse en el inconsciente  que promueve tal identificación, tal formación reaccional , tal síntoma histérico y los pone en escena. El impacto de este fenómeno en toda expresión es seguramente muy fuerte.”¿Quién sabe lo que quedaría por expresar si se pudiera  desacostumbrar al hombre de la ficción, de la mascara, del rol bajo todas sus formas?” (K.Bühler, citado por W.Hégar p. 24 ). R.Saudek (1929) dio una base experimental a estas afirmaciones mostrando la estabilidad demasiado notable de la escritura en sujetos que se han vuelto ciegos por oposición  a las variaciones que afectan, con el paso del tiempo, al grafismo de  los que pueden ver.

El filósofo L.Klages utiliza la noción de imagen directiva individual (un ideal de forma que sirve de guía a la acción o “Leitbild”) de la que precisa que es universalmente presente y generalmente inconsciente cuando el ser humano actúa, sea cual sea esa acción. Toda actividad representativa es dirigida y llevada en la espera de impresionar (en el sentido de “producir una impresión determinada”) al espectador, que, a falta de otro puede ser el actor mismo. Esto lleva a W.Hégar a distinguir muy claramente la expresión (en el sentido de emergencia de un conjunto de indicios exteriores ligados al estado actual del organismo bio-psicológico) de la representación. La primera siendo independiente de cualquier mirada, incluso la del expresante..... De hecho, la mayor parte de los movimientos expresivos pueden ser también, percibidos,  volviéndose entonces impresivos, orientados hacia un testigo real o imaginario, modificados por la espera del efecto que tendrán en el otro ; tienen un significado –explicable o no- y toman poco o mucho el rol de significante sin tener necesariamente el estatuto (cuando son supuestos no ser más que indicios, síntomas ). ¿ Se trata de dar al otro una impresión de qué? De sí por supuesto ,”yo, yo....”

Estamos en presencia de manifestaciones ubiquitarias de lo imaginario mezclado sin cesar con las de lo real que serían la expresión y con las de lo simbólico que sólo pueden escaparse al precio de una algebrosis (M.Jousse, 1969) es una enfermedad  que reduce el discurso, en otro tiempo saturado de “mimismos”  a un sistema desvitalizado compuesto por términos arbitrarios, próximos a  las pequeñas letras (a, b, c) del álgebra .

En la cura sónica u Oreja Electrónica, un hecho curioso ha sorprendido desde  las primeras observaciones, y siempre desde el médico: el paciente deprimido y solitario dibuja en blanco y negro al principio de su recorrido (trayecto); después la imagen alegre de un mundo en color surge, anunciando infaliblemente una escampada en el humor y en  el contacto social. Si se postula entonces que el entorno  no ha variado hasta este punto, es que se trata de una alteración del sujeto: introduce subrepticiamente el reflejo de su humor en su creación.

Como afirma M. Pulver   (1931), “la escritura conciente es un dibujo inconsciente, signo  y retrato de sí mismo” . W. Hégar (1938) distingue con razón  los indicios dados por el trazado de las imágenes presentes en la forma de las letras, la disposición , etc... Todos recordamos haber, en la adolescencia , trabajado nuestra firma, plagiado tal característica  del maestro admirado, reformado  tal aspecto desvalorizante...  El  grafólogo se aparta menos que otro; su escritura presenta muchas de las características envidiables  según los criterios mismos de su arte. Así mejora de manera no siempre consciente, “su auto-perfil” (C. J. Belin, 1982) que rebosará (exceso a decir verdad sospechoso) de todos los signos catalogados de espontaneidad y de sinceridad, de agudeza, altruismo y otras noblezas del alma. Es que la  acción expresiva  (y todo  lo que tiene relación con los tests  de “proyección” ) lleva por una parte una tendencia afectivo-pulsional  y su estructuración psíquica intima y por otra, la intervención de la conciencia tomando posesión de este componente pulsional inconsciente y permitiéndole expresarse (R. Heiss,  1956)

Es un fenómeno bastante parecido al que observamos en los sueños contados (S. Freud,1900). Encontramos aquí el punto flojo de la sicopatología de la expresión que favorece su empleo en la selección de personal con excelentes resultados pero debilita notoriamente la pertinencia desde el punto de vista médico-psicológico .

LOS LAPSUS DEL ANALISTA

Un fenómeno análogo concierne (es lo que he creído observar pero un estudio estadístico debería verificarlo) al psicoanalista al que la práctica y la teoría han enseñado  que los lapsus y los diversos actos fallados tienen un sentido. Contrariamente a lo que se esperaría ingenuamente, esta experiencia y este saber no lo amparan  mucho. Se diría más bien que lo exponen y me asombro  de la frecuencia con la cual estos “lapsus reveladores” se suceden en nuestro discurso, sin que podamos inferir en ello un grado particular de neurosis ni de muy grandes revelaciones : se trata sin duda de hacer pasar , a través de una manipulación inconsciente algo perversa, algunos mensajes que, en otro, se contentarían quizás de una variación de tono, de una alteración de la voz, de una mímica fugaz... Intervención  otra vez de expresión impresiva obedeciendo con un guiño de ojo a la imagen anticipadora de este campo cultural. Una tal perversión del síntoma  ciertamente no es privilegio (¿) del especialista y, la volveremos a encontrar en un grado menor sin duda, en numerosos interlocutores; siendo aquí lo esencial percibir el lado inter-subjetivo, micro-sociológico de un fenómeno que no se restringe en traicionar -bajo las especies de un compromiso- el inconsciente y se adelanta hacia un testigo, aunque sea el Yo del sujeto. Al lado del síntoma que traiciona, debemos pues considerar la imagen de sí publicada, la mascara exhibida, destinada, en el fondo, a los captores sensoriales del otro. A mi juicio, esta representación artificiosa y sincera, no puede estar circunscrita por la frontera del mecanismo histérico que desborda tanto hacia la obsesionalidad y hacia el delirio, como hacia el lado de la manipulación impresiva perversa. La perversión es aquí, por una parte exhibición del síntoma, por otra parte sadomasoquismo que goza de la falta, rebelión contra  la lengua que veremos realizarse en la verbigeración glosolalica del esquizofrénico.

La Cara (y cualquier parte del cuerpo) en su morfología y en su mímica dibuja el temperamento, las actitudes,  el ánimo de la persona: la máscara, el artificio, el estudio de las exteriorizaciones de sí, van a ser tantos factores tendiendo a insistir en el artificio que se puede emplear. Tal expresa por la contractura de la mandíbula, el porte de la cabeza y del busto, el frunce del ceño que es enérgico y dominador. Podría ser que fuese un retrato provisional, compuesto por alguna mirada interior o exterior. Puede pasar también que se trate de la simple manifestación de una fuerte personalidad. Walter Hégar (1938) ha muy justamente insistido en el hecho que toda manifestación de sí, aunque sea extremadamente artificial, encierra al menos los indicios que permiten llegar a un conocimiento profundo del personaje. El esfuerzo mismo del trucaje  firma su paso con trazas de conflicto entre la imagen buscada y la necesidad imperiosa para las emociones de aparecer a la luz. Es así, por una sofisticación suplementaria, que la psicología de la expresión se reaviva. Pero un juego de tercer grado puede aún concebirse y de cuarto y de n-esimo grado, para el cual una vigilancia y una astucia más grande del científico podrían contestar según la dialéctica bien conocida del sable y del escudo...

El rol de este auto-retrato automático y permanente será variable según los tiempos, lugares, circunstancias y el tipo de personalidad: voz, letra, dibujo, olores corporales, elección de alimentos, ropa, vivienda, medios de desplazarse, etc. deben situarse en un eje que va del  simple pragmático al narcisista más neto. En el individuo muy creador la riqueza de su personalidad puede, eventualmente, sólo manifestarse dentro y por su creación, privando al rostro de las arrugas atormentadas que atribuimos al genio y quitando al grafismo las marcas reconocidas de una “fuerte” personalidad (Ania. Teillard, 1948-p.155): Cf. la letra de una abrumadora simpleza, casi infantil de Einstein...

EL AUTO-RETRATO EN EL SENTIDO ESTRICTO

Responde a una concienciación del proceso involuntario descrito en el parágrafo  precedente. A menos que sea prescrito, el auto-retrato evoca un grado cualquiera de atractivo por su propia imagen y por eso deberá colocarse en una de las tres eventualidades, censadas por S.Freud (1914): seducción de lo que es uno mismo, de lo que se ha sido, de lo que se quisiera ser. Se ve no sólo como una obra pictórica o esculpida, sino también en la representación que hacemos de nosotros (o que se dicta al presidente de sesión) cuando tenemos un encuentro  o una intervención pública, en la firma escrita, en la afirmación de nuestras propias posturas adornadas del “yo, yo...” ya mencionado.

El auto-retrato, cual sea su modalidad, es en la mayoría de los casos poco homogéneo: está construido necesariamente a partir de un auto-conocimiento que varía, no sólo en función del canal sensorial considerado, sino también según la parte de sí considerada. El rostro y la firma son mejor conocidos que la voz propia. En lo que al dibujo del cuerpo se refiere, son la cabeza y los hombros los más precisos. (Jacques Corraze 1980).

Voy ahora a tomar en consideración un cierto número de casos clínicos cuyo único criterio de agrupación es la existencia, entre los dibujos que suelen entregar a mi colaboradora después  de las sesiones de oreja electrónica, de un auto-retrato indiscutible (detalles realistas   que permiten la identificación, afirmación que se trata en efecto de un  auto-retrato, sin voluntad conciente de deformación). Vamos a ver que, a diferencia de los pintores profesionales de los cuales se dice que todos lo han hecho, nuestros clientes son raros a atreverse a ello, quizás bajo el efecto de las “grandes amenazas hechas a los que buscan una confrontación con su doble” (hostilidad y persecución recíprocas que desembocarían en la muerte) (Sigmund Freud, 1919). Existe todo un conjunto de prohibidos, de tabúes, que tienen por fin apartar los seres humanos de su imagen especular (Jacques Corraze, 1980); estas advertencias se doblan en la idea moderna(P. Elkisch, 1957), según la cual transgredir esta defensa conduciría a algún acontecimiento sicótico (autismo, alucinación , etc.). Vamos a ver cúanto, si apartamos la heautoscopia y el signo del espejo para quedar en la problemática que es aquí la nuestra, esta última pretensión está injustificada.....

-         La fascinación por el espejo como el auto-retrato deformante (que llamaremos “de segundo tipo” podría sólo ser el síntoma de una pérdida o de una búsqueda de identidad, de una dificultad en percibirse tal como se es “fotográficamente”

-         mientras que el auto-retrato realista demuestra una exaltación de esta capacidad. ¡Se acercaría entonces, más a la mentalidad “operatoria” descrita en psicosomática, que a la invasión psicótica!

AUTO-RETRATO DE PRIMER TIPO

La imagen de otro como reflejo de sí (a)

El auto-retrato puede trazarse in vivo en ciertas relaciones amorosas, cuando el efecto se inversa para hacer del otro un reflejo de sí. El Sr. M. Lemaine, 39 años, dibuja numerosos retratos (dibujos ejecutados en el transcurso de 100 horas sobre un período de  un año) que tomamos como auto-retratos muy parecidos, cuando son los de su amigo. No se contenta con un auto-retrato en plano o esculpido, necesita cuatro dimensiones, evolucionando en el espacio y en el tiempo. Quiere vivir con él, colocarlo en su mesa, en su cama....

M. Lemaine viene a verme después de una hospitalización con colectomía por cólico recto-ulceroso. La enfermedad se desencadenó eventualmente en una diligencia psicoanalítica. Está casado y tiene un hijo de seis años. Cuenta la existencia de conflictos conyugales: su mujer  tan  dominadora como su madre. (“una liana con orquídeas”), le reprocha su falta de ambición: “no puedo identificarme con la imagen del jefe” dice. De su padre, cuenta que fue inexistente. Manifiesta celos de su hermano que recibía  golpes: “a mí, ni me pegaba; no pasó nada entre nosotros”. Su madre tenía, cuando era niño relaciones con el ocupante nazi. Atribuye a eso  la ejecución de su tío abuelo (“que había escogido como padre”). Se siente incómodo con las mujeres.  En el transcurso de la psicoterapia se divorciará para convivir con  el amigo al que he hecho ya alusión. Es incapaz de una erección sostenida tanto con hombres como mujeres. Una intento de seroterapia  con un colega especialista, en compañía de su amigo deberá interrumpirse por pasos al acto  suicida y por dolores anales.

Subida de la energía

A.Vatar (42 años) ha iniciado  una cura de terapia sónica bajo la moción de su esposa  que espera así verlo suavizarse. ¡ El se astringe con gran economía de medios! Quiero decir que en ningún momento en los doce meses de tratamiento, abrirá la boca   para una confidencia cualquiera, sino para indicar que es daltónico; se muestra atento e incluso agradable, se coloca el casco de escucha, coge el micro, ejecuta fielmente las “prescripciones” e incluso... se pretende muy motivado... pero sólo obtengo de él un comportamiento, ni una palabra. ¡Perdón! Entre los “consejos de utilización”se preconiza dibujar o esculpir durante las sesiones de escucha musical: se resolverá, en un estilo claramente muy abstracto que recuerda su preocupación  de racionalidad y su formación  politécnica ; salvo en dos obras figurativas, ¡dos auto-retratos precisamente! En confidencia, contemporánea a esta producción hemos recibidos los “lamentos” siguientes: “tengo ahora problemas de digestión, me duele la garganta y tengo prurito anal; sin embargo  ya no muerdo mis lápices”... (Reemplazando actividades de derivación oral, la sobrecarga pulsional del ano aparece cuando se desvela su fuerte  componente narcisista => se pasa de la zona pulsional oral a la zona pulsional anal => III-> IV/VI.)

Engendrado  en el fuego

T. Zigan, H. 27 años, sufre él también de prurito y de fisuras del ano que presenta una liquenificación a fuerza de rascarse. En el transcurso de la terapia , indicará el vínculo entre su homosexualidad en parte reprimida, en parte rechazada   y estos problemas anales que se remontan a la adolescencia. Se rememoran (en el transcurso de un trabajo Méziérista sobre el diafragma) las relaciones sexuales que tenía con su hermano.  Tiene grandes dificultades para acercarse a las mujeres: “¡cuando podría ir bien, encuentro un ‘agujero-obstáculo’ que me prohíbe la sencillez del encuentro!”  se siente atraído por las drogas “blandas” . Busca el contacto con “personajes” sociales que por otra parte recusa, mostrándose hostil a muchas formas del establishment y permitiéndose algunos quebrantamientos de la ley. Cuando viaja, sublimando un fantasma de vagabundeo, sus dificultades dermatológicas, sus celos, sus dificultades sexuales se desvanecen.

La relación con su esposa conlleva  las tormentas de los celos que condena pero que le desbordan. Está obsesionado con la muerte y la enfermedad desde que murió su padre cuando sólo tenía doce años; “le acompañé positivamente en su lucha contra la muerte, pero también he deseado su muerte”. Su padre había evocado la idea de suicidio; él también la considera a veces. Muchos otros elementos sugieren que se identifica parcialmente con su padre muerto y que busca en él la imagen del padre.

Cuando se dibuja, de pies a cabeza, de manera del todo realista (70ª hora del Método Tomatis),evoca su dificultad  de comunicación con su madre “muy católica”y “que tomaba a veces la posición de autoridad del padre”. Siente un complejo frente a su propia imagen: ciertos detalles de su facies llevaban a los demás a reírse de él. Pensaba que ese detalle tenía su origen  en el momento de su concepción.

¿FLAUTISTA

F. Uttal, 29 años, después “de haber disfrutado” en múltiples actividades  (especialmente    militantes extremistas) explica cuanto lo ha decepcionado su trabajo actual y sigue decepcionándole. “Sentó la cabeza” con mujer e hijo. Cuando ella le anuncia su segundo embarazo, cae en una grave depresión con ideas suicidas, desinterés generalizado hacia lo sexual y lo social. Después de uno o dos encuentros que implican disposición de quimioterapia y una sesión de relajación, puede contar algunos sueños. Le ponen en escena, en compañía de colegas que parecen hacer teatro o cine. De hecho esta sala de espectáculos está dentro de una cárcel...roba y vuela ( il vole dans les deux sens du terme: los dos sentidos del termino: robar y volar).

Asocia, por contraste, lo vivido en la época militante a su vida actual (“prisión familiar”). Más tarde en el transcurso de un sueño despierto dirigido, tratando de la ascensión de una montaña, él imagina que su mujer tiene un accidente... En un sueño nocturno posterior, sus hijos fallecerían a su vez. Confiesa sentir unos celos secretos pero fuertes de su esposa.

Su estado mejora poco a poco, pero uno de su colegas es sondeado para otro puesto de trabajo y lo acepta. F. Uttal se desmorona entonces deshaciéndose en lágrimas: “era el único chico con el que tenía relaciones amigables”...F. Uttal hace de él un elogio elevado, declarando que era totalmente su complementario: más conciliador, flexible, tenía más visión etc “¡No sé si podré hacer funcionar la empresa sin él!” Bastante más tarde en la cura, volverá a soñar que su mujer está muerta y que besa a su cuñada, muñeca superficial, mujer de su casa, esposa de  ejecutivo dinámico” (irónico)... Este sueño insiste en la homosexualidad reprimida y se señala una estructura de  complejo de Edipo muy ambivalente y compleja : “he cruzado la mirada de mi padre  y eso me hace pensar en  su rostro cuando mi madre murió. ¡Había deseado su muerte un número  incalculable de veces!” Es en estas circunstancias que tiene el sueño siguiente:  una de sus amigas quería ir al lago Ora. “Me hundí en un agujero: en el fondo había muchas ratas que subían en mis piernas; calculaba como salir de ahí inspirándome en barras paralelas”. El sueño despierto que edifica a partir de ese tema enseña que el agujero de las ratas, cuyas paredes son marrones, estaba cerrado por una corteza de tierra y que un árbol cuyas raíces han sido “comidas por las ratas” atraviesan el agujero. Las ratas “se devoran entre ellas. Tengo ganas de destriparlas, de aplastarlas...Representan la coacción, las relaciones de autoridad”... Al final de la sesión, F. Uttal precisa que “le duele el estómago” desde unos diez días. Varios meses más tarde, nuevo sueño despierto con una rata enorme que le lleva a descubrir que su propia casa está construida, cimentada, sobre ratas que bullen y que se devoran entre ellas. Cuando su mujer le pregunta que le pasa, contesta singularmente “tengo ratas que me devoran el estómago” (Chakra IV, Cf.  B. Auriol, 1984).

Es inútil insistir sobre la sorprendente analogía de estas imágenes con las que relata S. Freud (1909): mismo simbolismo sado-anal de tipo de homosexualidad pasiva. El simbolismo de penetración anal, rechazada, de la rata parece del todo universal (Cf. J. Chevalier, 1969). La hagiografía  nos instruye a cerca de las ratas llevadas “al fondo del jardín” por el Santo,  bajo promesa de su pitanza cotidiana (D. Fermín, 1962), mientras que en G. Bataille la metáfora toma una dimensión filosófica casi universal: la existencia de una “ historia de ratas” atrapadas en “callejón sin salida”, la condición humana con el suplicio de la “estaca”.

En el transcurso de un sueño despierto ulterior, sobre el tema de la bruja, la localiza  en el fondo un circo despoblado (visto desde arriba, la descripción podría compararse a las nalgas y al ano) que encierra un manantial, que proviene de anfractuosidades otra vez muy anales (IV), con un “lago interior”y ciénagas (III)... muy a menudo en su cura se impone la idea de “dar vueltas sin rumbo” (VI) que evoca estas líneas de andadura que indica Deligny en los pasos del autista. Dominique Autié  comparó las complejidades inaceptables por lo social,  a estos meandros que hormiguean con los habitantes  de las cloacas de los cuales nos libraría, al precio de una “inhumación”, la música de la flauta (V-VI)... El rechazo del contrato, de equidad anal, implica este entierro en vivo de la palabra...

En otro R.E.D.D. justamente el brujo, figura eventual del analista, lleva una “flauta”, que nos permite, precisamente, evocar “al  flautista de Hamelín” capaz de llevar todas las ratas de la ciudad a ahogarse y ..., no habiendo recibido un salario, todos los niños en una gruta sin acceso! (cf. Samivel, 1942 y Greenaway, 1979).

Durante su año de tratamiento con el Método Tomatis  y R.E.D.D., F. Uttal a realizado 4 auto-retratos; los otros 20 dibujos son abstractos.

¿Papá o mamá?

N. Audadi (25 años) se presenta como un tímido, un “acomplejado” minado por la angustia desde el nacimiento de su hijo. Después de haber sido educado por una “madre protectora”, su entrada en la vida fue difícil y marcada por una gran inestabilidad profesional; siempre abandona su trabajo por motivos relacionales : impresión dolorosa  de ser objeto de risa  de sus compañeros (“me trataban de nena”) hasta francas ideas de persecución. Fantasea con ser penetrado por el ano y se masturba él mismo introduciéndose objetos diversos; insiste en el hecho que ha rechazado siempre una relación homosexual. N. Audadi advierte su grandísima pasividad, su falta de agresividad, su “masoquismo”,  que tiene tendencia a identificarse con su madre más que con su padre (Cuando me acerco a papá, mamá tiene la impresión que la perjudico a ella”). Utiliza frecuentemente procedimientos obsesivos: contar, verificar, rituales antes de dormirse. Se lamenta de fenómenos de despersonalización que van junto con resultados sensoriales más modestos y con molestias físicas de tipo gastritis.

Tiene grandes cualidades artísticas y, cuando estaba en el paro, logra vender varias de su pinturas a conocidos. Hará 116 horas del Método Tomatis en un año y realizará 98 dibujos entre los cuales hay un magnífico auto-retrato al final de la cura.

El Mal-cuidado

P. Rométhé (21 años) se queja de dificultades para concentrarse, de torpeza gráfica y busca diversas clases de “medicinas suaves”, un “traitre-ment”*. Idealiza mucho la terapia por hipnosis (en realidad tuvo que contentarse con la sofrología). Somatización a nivel de la rodilla izquierda, de los ojos, del estómago, del costado y de la fosa iliaca derecha, de su tendencia a dormir “demasiado”, de sentirse “letárgico”,  “ no despierto del todo”, a apretar los dientes, a agitarse cuando duerme.

A lo largo de la terapia sónica (88 horas del Método Tomatis y algunas charlas) manifestará su oposición a todo lo que podría evocar un proceso autoritario, con arreglo a tantos datos conscientes (“anárquicos”) como inconscientes. Sus sueños de niño concernían serpientes (“más las aplastaba, más volvían”) y el hecho de encontrarse en calcetines (sin zapatos) frente  a un hombre que se lanzaba sobre él con un coche. P. Rométhé habla entonces, por primera vez , de una “fístula  antigua” que acaba de modificarse (aparición de “un bultito”) y de sus problemas de pareja (agresivo con su compañera). “Ella me reprocha de utilizar los amigos para discutir con ella en vez de dialogar directamente...”Los terapeutas son  fácilmente sospechosos y vividos como persecutores hipócritas o incapaces. En esta observación también, se acumulan los indicios de homosexualidad reprimida con componente pasivo masoquista dominante. En el transcurso de la cura , dibuja 99 dibujos, entre los cuales un gran número de caras, de un trazado muy torpe pero que revindica como auto-retratos realistas. Las otras producciones son garabatos, monocolores, “sucias”,no figurativas o confusas...

Su imagen y la muerte

L. Angiras (51 años) es un maestro destinado a las ordenes religiosas, desde su tierna infancia, por sus padres. Su padre, mayor, se llevaba mal con su madre a la cual trataba de usted. Era un beato irascible, violento, perseguido y megalómano: “Me veía Papa”. Murió cuando L. Tenía trece años. Su vida se desarrolló sin incidentes notables hasta la muerte de su madre. Es tres años más tarde que viene a consultarme sus insomnios, gastralgias, tendencias depresivas, bulimia y obesidad más algunas consecuencias: hipercolesterolemia, diabetes, angina de pecho, etc...

Siente entonces un “despertar afectivo” hacia una mujer joven, su vecina, lo que le atormenta enormemente pero que será siempre platónico, Siente distenderse los lazos que le unen a su comunidad religiosa. Militante político, se opone a diferentes formas de autoridad; él mismo, tampoco puede imponerse a sus alumnos. El ejercicio de la sexualidad se limita a  la masturbación: tocamiento de sus propios pechos y después descubrimiento del onanismo (a los treinta años). El MMPI demuestra una fuerte tendencia a la somatización de los afectos desagradables, una actitud muy “femenina”. Confiesa “¡debía estar locamente apegado a mi madre!”... En el momento de un R.E.D.D., un ave rapaz ataca su sexo que resulta ligeramente herido: “esto le calma, el combate cesa, siento como una quemadura, como una impresión de encogimiento, como si este sexo herido entrara en mí; este ave rapaz se vuelve entonces mi guía, mi compañero...”Evoca Sodoma y Gomorra, la esposa de Lot, etc. Encontramos en los dibujos que ejecuta bajo el Método Tomatis un auto-retrato realista (134ª sesiones)con, a su lado, el dibujo de un esqueleto con la guadaña. Realizó 90 dibujos en el transcurso de 160 horas escalonadas en 4 años.

* “traitre-ment”: juego de palabras entre traitement (tratamiento) y traître (traidor) ment (miente).

La amenaza del narcisismo

V. Eriph (46 años) padece una neurosis obsesional invalidante y una somatización eso-estomacal (mega esófago operado, hernia de hiato, etc...) El Szondi pone en evidencia una homosexualidad latente, una fijación sado-anal y que está estimulado por el ideal de su yo. Cuando intenta un training autógeno, a los 48 años, tiene tras él un pasado médico-psiquiátrico con múltiples quimioterapias (ansiolíticos, antidepresivos, somníferos, dogmatil, etc) y bajas por enfermedad. La neurosis afecta sobretodo su actividad profesional (manipulación de datos que verifica sin cesar). Es, por otra parte, extremadamente dependiente de la opinión de sus jefes y de sus colegas, una sospecha de insatisfacción por su parte le hunde en la depresión más profunda. Oscila entre una altísima o bajísima estima de sí mismo. En estiaje bajo, está deprimido, cabeza vacía, se queja de dolores digestivos, siente una dolorosa incapacidad para trabajar ,etc. Cuando está “up”, al contrario, se siente capaz de ser “perfecto” en su actividad.

Cuando realiza su auto-retrato (46ª) se dice cansado, resiente la inminencia de una catástrofe “como si una montaña fuera a caerme en la cara”, está por momentos lívido y transpira abundantemente. La prueba de esfuerzo con el cardiólogo resulta positiva. La razón próxima de toda esta floración de síntomas,  la resume así “doy el máximo y aún me echan una bronca”; “una sola palabra de mis jefes puede transformar mi actitud del todo en todo”. (En verdad, hace horas y también trabajos suplementarios para suplir el tiempo perdido en verificaciones). Por otra parte. Realizó 62 dibujos en 274 horas distribuidas en 8 años.

Hombre-Mujer y Muerto-Viviente

E. Tèrpe (27 años) presentó unos meses anteriores a nuestro encuentro un delirio con alucinaciones auditivas, sentimiento de persecución ,etc que requirieron una estancia en una clínica. Abandonó su antiguo oficio de peluquero, del cual se avergonzaba, para dedicarse, profesionalmente, a la música (batería). Sin embargo, toca en los bailes protegiéndose los oídos  con bolas de cera...

Se queja de insomnio, de cefaleas, de estreñimiento, de dolor en la eyaculación, de impotencia esporádica. Tiene con su compañera , relaciones en “diente de sierra”. Esta le ha dado un hijo que no deseaba  y que rechaza;  explica “mi madre me abandonó varias veces entre los 0 y 4 años...y cuando  se quedó conmigo, la cosa iba mal porque era agresiva”. “Soy como un muerto –viviente”. “Tendría tendencia , cuando veo una película, en invertir los papeles, me identifico con la mujer”.

Entabla  relaciones sólo con lesbianas.

Realizó 40  dibujos o pinturas (de los cuales 2 auto-retratos del primer tipo  dibujados hacia el final cuando se apreciaba una clara mejoría) durante su cura con la oreja electrónica (61 horas) que duró 6 meses.

Liberarse

T. Décarcéré (28 años) quiere, ante todo, evitar una vida banal, de pareja burguesa... debido a la época (post mayo 68), pero tiene también razones familiares (madre hiperprotectora orgullosa de su estatus intelectual de profesora, padre apartado que ella desprecia   por ser obrero). Hostil a cualquier tipo de autoridad  y de adaptación conformista, “se drogó” y cometió algunos delitos que le valieron un año de cárcel firme;  le cuesta mucho astringirse al trabajo. A pesar de los esfuerzos que hace “hacia el bien” en el seno de un grupo espiritual, pega a veces su compañera, chica muy firme, un poco viril. En sus sueños ambiciona la conquista del Santo Grial o alguna perfección por el estilo. Sus fantasmas ponen a veces en escena una relación homosexual. Evoca la importancia de la analidad en su tierna infancia y cuando fuma hierba: “Tengo primero que ir al baño”. Su hermana empieza una esquizofrenia y él presentó una intensa crisis en la adolescencia, contemplándose largas horas y masturbándose delante del espejo... Desde el punto de vista somático fue obeso hasta    conocer a su amiga a la edad de 16 años. Sólo realizó un auto-retrato (desformado de tal manera que el lado derecho está demacrado y sin oreja, ¡cuando el lado izquierdo  está hinchado y con una enorme oreja!),  al final de la cura. Había hecho 55 dibujos en 80 horas en un período de un año.

Chitón

Nirvikar es un joven ejecutivo de 27 años, un poco ansioso y cansino. Somatiza a nivel de la garganta y hace pocas confidencias durante su cura  del Método Tomatis. Hizo 48 horas y realizó 33 dibujos en color entre los cuales un auto-retrato realista en blanco y negro, al final del defiltrado....

¡Muerte a los polis!

Mangecuisse, homosexual, de 25 años se queja de asma y de estreñimiento. Su padre, gendarme, murió (guerra de Argelia) cuando tenía 8 años. Recuerda haber tenido celos de él y no puede olvidar los gritos de los prisioneros a los que torturaban en un cuarto próximo, ni aquel amigo secuestrado, violado y matado por el F.L.N. ¡A veces da como fecha de su nacimiento  la de la muerte de su padre! Tampoco quiere a su padrastro y se muestra ambivalente hacia su madre que le parece tiene demasiado apego a la vida. Durante las 94 horas de su cura, hecha sobre 3 años contamos 32 dibujos entre los cuales un auto-retrato que enmarca con un especie de hexágono (“¿mapa de Francia?”).  En este retrato, de perfil, es innegablemente  realista y fiel.

La imagen del otro (en sueño) como retrato de sí (b)

Sittar (23 años) se queja de su mala memoria, dificultad de concentración, torpeza y temblores; tiene también un prurito anal, que estaría acentuado por el tabaquismo (¿) y siente la necesidad de masajearse el estómago; padece también, a veces, cefaleas, acúfenos, vértigo, diarreas o lumbalgias... Se cree  demasiado posesivo con su novia, testarudo. Sus fantasmas sensuales conciernen diferentes personas de los dos sexos. En uno de sus sueños, “un tío muy guapo, muy joven me daba remedios; se parecía mucho a mí”... Se impone un régimen vegetariano y se adhiere a un grupo espiritual que su mujer rechaza (“secta”). Se queja de su pareja y cuenta frecuentes discusiones. Hace 109 horas del Método Tomatis en dos años y realiza 75 dibujos (anoto esta observación con los de primer tipo por la imagen de sí que se representa en el sueño, aunque no dé ningún  auto-retrato dibujado de primer tipo).

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Los casos precedentes ilustran un tipo de auto-retratos en el cual el sujeto se cautiva con su imagen. El auto-retrato lo es puramente: es realista, dando detalles  del rostro o del cuerpo del creador, es ejecutado para él mismo y no como elemento de una situación que conlleva otros actantes. Por otra parte, no es prescrito: la consigna es simplemente dibujar, realizar puzzles o relajarse escuchando la Música Filtrada o la Voz  Materna filtrada.

Al contrario, en la técnica del Sueño Despierto, propongo al cliente realizar un informe de cada sesión con una especie de comic. Este proceso lleva a menudo (debería siempre) al dibujante a representarse a sí mismo ya que forma parte del guión. Rechacé pues recoger los dossier en los cuales se produce tal fenómeno; será muy interesante también observar los casos en los que el auto-retrato, así “prescrito”, es evitado y de comparar con la actitud en la cual es aceptado (en el marco del dibujo de la familla).

Los auto-retratos de primer tipo parecen masivamente más frecuentes en los hombres que en las mujeres, sin que podamos dar hoy un “sex-ratio” estadísticamente fiable. Presentan a menudo (7 veces sobre 9) un componente homosexual (reprimido o no), quejas concernientes al plexo solar (5 veces sobre 9) y al ano (5 veces sobre 9), una madre acaparadora o demasiado presente (5 veces sobre 9) y un padre ausente, anulado o muerto (4 veces sobre 9). Encontramos (4 veces sobre 9) celos o tendencias paranoicas (4 veces sobre 9). La somatización anal o digestiva puede manifestarse o reconocerse en el momento mismo en que aparece el auto-retrato  que es a veces el único dibujo figurativo en la obra espontánea del sujeto.

AUTO-RETRATOS DE SEGUNDO TIPO

Voy ahora a dar algunos ejemplos de segundo tipo (mucho más frecuente)  de auto-retrato que se opone punto por punto al otro. Es simbólico en cierta medida: jeroglificación desprovista de detalles concretos que podrían describir al creador, es ejecutado en el marco de una acción, poniendo en escena a otros seres animados o no, pero rompiendo la relación diádica descrita más arriba, fundamentalmente “narcisista” según S. Leclaire (1981). Se observa también –y quizás más- en el sexo femenino que en el masculino. No he observado las somatizaciones anales o estomacales señaladas aquí arriba, el narcisismo no tiene el carácter bruto que hemos podido señalar en los casos de primer tipo, está “humanizado”,más o menos  impreso de sublimación. Se trata muy a menudo de una idealización (que evoca el ideal del yo) distinta de la imagen del yo.

 Lagache, 1958; : L. Lacan, 1958), han descrito como “yo-ideal”, todo poderoso, puramente imaginario, muy arcaico (Cf. Por Ej. El caso de A. Ménaufys).

Una concretización carnal del auto-retrato idealizado puede ser leída en el niño, heredero de los rasgos genéticos, del nombre y de una genealogía, pero sobre todo de los ideales más o menos entremezclados y coherentes de sus padres. No se trata sólo de la imagen previa, evocada al principio, sino de una construcción dialéctica, de un intercambio sobre varios planos que es una –o la raíz-  de la educación y del modelado que esta supone.

Desencantada

C. Sigüh sabe que todo compromiso por su parte va hasta el final y que no puede soportar las medias tintas: se muestra pues extremadamente reservada en sus confidencias cuando está deprimida, sin ningún gusto para la acción, contentándose con “dormir y  comer”. Se siente muy dependiente de su madre (que acepta mal la separación) con la cual la comunicación le parece “muy superficial”. Tiene conflictos abiertos con su padre, hombre “impulsivo y violento”. Culpabiliza el campo emocional en provecho de la racionalidad y quisiera encontrarse en todas sus dimensiones. ¡El problema siendo sobre todo constituido en el rechazo de la dependencia asociado a una gran inseguridad en sus tentativas de autonomización!

En el momento de sus primeros auto-retratos, muy realista, exterioriza un ruego fusional que compara  (falsamente) con la eventualidad de “poder vivir sola”. Entabla una relación con un hombre que lleva varios sentimientos a la vez, lo que admite “intelectualmente” pero soporta muy mal... Entreve el interés para ella de hacer un análisis.

Son auto-retratos de segundo tipo (idealizados o desformados) los que traza tres meses más tarde, cuando siente un cierto “desencanto” hacia sus relaciones amorosas o amigables y hacia su propia imagen (“no me encuentro bien, y eso independientemente de mi imagen para los demás; no accedo a nada que merezca la pena porque yo misma no valgo nada”). Cree morirse o más bien “estar ya muerta”. Observa sin embargo que se adapta mejor, incluso si le es imposible soportar a los alumnos “acusicas o que tratan de hacerse ver bien”. Se pone a salir de noche y a multiplicar los encuentros... Para entonces la cura sónica , declarando “estoy tan bien como se puede estar, es decir nada bien...”

Escondido detrás de su propia imagen

Uposkias tiene 28 años, participa a 121 horas de trabajo bajo la oreja electrónica en tres años. Realizó 64 dibujos. Da un MMPI flotante, donde todas las escalas son altas (por ejemplo Depresión a 72), a excepción de sus versiones sutiles (depresión sutil a 30) y de la escala de fuerza del yo (ES a 32). Se nota en particular Sc a 90, el neurosismo a 83 y la introversión a 79.

En el momento del primer encuentro, me confiaba “he ido siempre detrás de alguien más a gusto que yo”; sino me entra pánico y tengo insomnio”. Poco antes de terminar su terapia realiza un auto-retrato, en el cual, justamente, se representa (195ª sesión) como si se apartara de su imagen para hacer frente al espectador del cuadro...No es lo mismo que decir que   ya no tiene que esconderse detrás de cualquiera más que de su propia imagen, lo que es el sino común...Es por esta razón que lo clasifico con los auto-retratos de segundo tipo.

Como una sombra

L, Akini se queja de no desear a su marido, con el que vive desde hace quince años. Se siente en competición de inferioridad con él. Por otra parte, le recuerda a un tío por el cual se había sentido atraída en otros tiempos. Sus relaciones con los hombres han sido a menudo problemáticas, empezando por su padre al cual admira mucho pero a quien “no podría decírselo nunca”. Le gustan los que llevan un nombre próximo al suyo. Con su madre los choques de la adolescencia fueron duros y numerosos: “me comparaba con mi hermano que tenía todas las cualidades...¡Yo, era lo negativo, la sombra y me APLICABA a realizar LA IMAGEN que ella tenía de mí! . Los problemas de rivalidad en general, son muy importantes para ella y pueden hundirla en la depresión clínica si los fracasos se repiten. Después de una espera más larga de lo acostumbrado, está consternada, fuera de sí: una espera tal es vivida como una “ruptura”, una negación de su imagen. El plexo solar es una zona muy sensible, en el que la angustia se presenta fácilmente. Es muy reactiva a los juicios de valores, consciente de centrar gran parte de su vida en el “parecer”. Se reconoce bien en el cuento del patito “feo”...

Se representa a menudo en sus dibujos; sin embargo estos auto-retratos son de un tipo intermediario entre las dos facturas que hemos evocado: representación bastante realista por una parte, pero ciertos detalles alteran el realismo: marco, duda sobre la identidad (yo o mi madre), deformaciones variadas (en payaso, con una oreja derecha enorme que baja hasta la cintura, un cuerpo con dos cabezas, una triste, otra alegre)...

Pequeño y grande a la vez

A. Mènaufys, 26 años, quiere seguir una cura del Método Tomatis siguiendo el consejo de una amiga. Se queja de dificultades relacionales especialmente en su trabajo. A nivel somático, sufre de alternancias estreñimiento / diarreas, de cefaleas, de frecuentes dolores de garganta con extinción de voz y ganas de llorar. El test MMPI muestra una flecha de excitación, de paranoia  y de psicopatía. Rasgos que concuerdan bien con sus sentimientos de superioridad y de inferioridad, su temor de ser el objeto de complots (síntoma que se exacerbará en diferentes  momentos clave pero será aliviado por betabloqueantes , etc... Manifiesta el problema de su homosexualidad latente “escuchaba música en casa de un gran amigo con mucho gusto cuando la angustia de que podría ser homosexual me sobre coge de repente”...

Realizó ocho autorretratos (de 89 dibujos) durante 270 horas del Método Tomatis que practica en 4 años. Varias de sus obras le muestran en compañía de otro personaje, su jefe de oficina (“se parece mucho a mi padre”) , una mujer joven a la que espera seducir o incluso yo mismo (comparado a Dios o calificado de “Gran Hombre”). Se representa varias veces bajo el aspecto de un personaje histórico de primer orden: faraón, emperador...

Una Voz

B. Elkanssou (36 años) viene a visitarme siguiendo el consejo de su O.R.L. Es muy agresivo y demandante de otro especialista que lo operó, hace diez años, de un nódulo en las cuerdas vocales. Vive este acto como totalmente negativo, persecutorio y castrador. “He perdido la confianza en mí, estoy deprimido desde esa época...” De ahí vendrían sus dificultades actuales que no le permiten trabajar (es cantante profesional). Su esposa dice de él que es extremadamente celoso. Es muy desconfiado y secreto; sus confidencias no pasan del problema “técnico” directo de su voz y de la esfera O.R.L. En el transcurso de la cura de Oreja Tomatis, que no seguirá mucho tiempo (30 horas en 10 meses), se observa un cambio de humor, una mejora concomitante de la voz, de la memoria musical, de la confianza... Gana varios concursos y sólo tiene la dificultad de escoger para trabajar. Sin embargo se vuelve más independiente en relación con su mujer que espera un niño y ésta descubre que tiene una relación extra-conyugal. Notamos sus celos extremos, ciertos rasgos paranoicos y la depresión  que sigue una intervención simbólicamente castradora. Su auto-retrato (idealizado en director de orquestra) es realizado en barro. Tenemos, por otra parte 8 dibujos de él.

Entre dos hombres

Como el amante de Marpéssa se muestra agresivo, atribuyéndole actitudes maternales, ésta acepta que dispongan de su libertad para tener otras relaciones antes de volver a estar juntos. Ella, entabla entonces, mientras tanto una relación “provisional” con otro chico. El primero parece sin embargo incapaz de aprovecharse de la misma libertad... Ella dibuja un día , “por inadvertencia” una mujer entre dos hombres. Aquí, se trata bien de ella y de su problemática que se ha vuelto aún más crítica: ¡los dos hombres empiezan a disputársela! No ve cómo  abandonar  una u otra de estas relaciones, las dos son preciosas a diferentes títulos. Los personajes son utilizados aquí como símbolos, pequeñas letras algebraicas poco figurativas. Sólo se la reconoce en el dibujo por el nombre de su historia pero por ninguna característica realista evidente. Este caso es quizás a acercar, más a la expresión de sí en el mensaje que al mensaje identificado a la imagen de sí...

En la cama de mamá

C Loupet (44 años) intentó suicidarse con la pistola de su padre, a los 27 años. Desde la hospitalización (con electrochoques) que siguió , se queja de dificultades importantes de memorización: “¡no tomo ningún medicamento desde hace 10 años, pero me olvido de todo!” Se queja de que su padre le “pisaba el terreno”, le rechazaba, le prohibía salir. Piensa que sus padres no sintieron placer en el momento de su concepción y observa que su madre se comporta con él como si fuera su marido: “Pone morros cuando salgo...” “Me he acostado cuatro o cinco días en la misma cama que mi madre (como lo había hecho mi hermano antes de ahorcarse)”A la vuelta de su estancia en el hospital, alguna distancia se instauró con respecto a su madre. Pero se describe como “solo, perdido”, abandonando los temores de persecución en provecho de comportamientos homosexuales que desprecia...”estuve con prostítutas, con travestís”. Hizo 50 horas de Oreja Tomatis en dos meses 143 dibujos entre los cuales 13 auto-retratos: siempre de pie con bocadillos o leyendas precisando la situación (sus temores, sus esperanzas, sus actos cotidianos). Se trata de enunciados que tratan lo cotidiano y la auto-representación muestra muy poco esfuerzo para obtener un parecido realista; es por eso que lo colocaremos entre los auto-retratos de segundo tipo...

Al Doctor le duele el vientre

Stormach es un joven médico, recién casado, de 26 años. Sufre crisis solares cuando debe enfrentarse a ciertas situaciones sociales, especialmente reunirse con colegas, hacer una substitución ... El MMPI pone de relieve una flecha depresiva e histérica. La cura de Oreja Tomatis comporta 140 horas repartidas en dos años. Sólo da un dibujo que está extremadamente desformado a nivel de la boca y de los ojos, que sugiere una angustia monstruosa. Algunos trazos son realista (pelo, estructura de la cara), pero debe probablemente clasificarse  entre los auto-retratos de segundo tipo.

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INVERSES PERSPECTIVES: EL AN-AUTORRETRATO

                                   La destrucción puramente exterior del “YO” es dolor casi infernal”

                                                                                                         (S. Weil)

                                                                                                                                                                                                       

Ocurre que la imagen del cuerpo esté, al contrario, prohibida de manera que la producción del sujeto no deja aparecer ninguna forma humana o ni siquiera animal. Todo dibujo puede ser rechazado hasta la más completa iconoclasia colectivo o personal. Desde este punto de vista podríamos examinar las religiones productoras de imágenes (animismo africano, hinduismo, budismo, catolicismo, ortodoxia) y las que las prohíben (judaísmo, protestantismo y sobre todo el Islam). La caza al retrato culmina en el Islam pero se encuentra en la Torá y en el Nuevo Testamento, incluso si la iconoclasia no pudo imponerse en los católicos y los ortodoxos, el protestantismo y una cierta modernidad, permitida por Vaticano II rechazan de nuevo “el abuso” de las imágenes santas... Es totalmente distinto en el hinduismo e incluso en el budismo, a pesar de su carácter  “reformado”...

No hay imagen de sí en los dibujos espontáneos

Algunas personas aceptan o eligen hacer una obra gráfica o pictórica pero descuidan representarse a ellos mismos:

En contra de su padre

Ouattam, artesano, 32 años, ha hecho 200 horas pero solamente 8 dibujos, en 2 años ½. Celos de su compañera. Sentimientos de inferioridad y gran ambición, rechazo de la autoridad. Dice de su padre que “sale adelante trapicheando a nivel de la relación”, que “chilla y quiere dominar al otro”. “¡En mi cabeza , estoy siempre en conversación con él, (hace ocho o nueve años), en una relación conflictiva!”. Acné muy importante; por momento, molestias respiratorias, eyaculación demasiado rápida.

Las manos atadas

Naudal (37 años) huérfano de madre (“murió de amor, en mi nacimiento”), fue criado alternativamente por sus dos abuelas. Afirma que su padre era muy severo y la casa muy sucia. Se lamenta (con voz gangosa) de estreñimiento, dolores de estómago, cansancio, obsesiones, introversión, complejos... Antiguo seminarista, se confiesa muy escrupuloso. Desde la edad de 16 años, se ata las manos cuando se acuesta para evitar masturbarse.  Debía reprimir fuertes tendencias incestuosas hacia su hermana gemela. Tiene a su espalda seis años de psicoanálisis de los cuales parece haber obtenido sobre todo soltura verbal y un uso racionalista de los conceptos freudianos. Tiene sueños de contenido homosexual pasivo, mientras desea una relación femenina cuando está despierto.

Hizo 4 dibujos en el transcurso de 120 horas de Oreja Tomatis (en año y medio); ningún auto-retrato.

Un oso desollado

E. Scorcié (27 años) es un estudiante de arquitectura perfeccionista que intenta prevenir “todos los males imaginables”, y sólo producir “Obras inacabadas”, de ahí su extrema lentitud en realización y la incapacidad en la cual se ve para terminar sus estudios, a pesar de una brillante escolaridad, un buen nivel intelectual y una excelente memoria. Se le considera “un oso”, “un desollado vivo”, a pesar de su soltura cuando toma la palabra. Revindica alternativamente la soledad y la comunicación, se muestra a veces agresivo, e incluso violento, hacia su mujer. Es muy celoso. Su recuerdo más antiguo es él de un bebé mamando y también en un cochecito. Somatizó,  en el pasado, en forma de bronquitis (bronco-neumonía, asma): cuando las cosas van mal, se vuelve hiperinsomne , siente fuertes tensiones musculares, especialmente en la mandíbula, lumbo-dorsalgias , acúfenos, náuseas, “un nudo en el vientre que le bloquea todo” . Tiene errores (lapsus, hechos fallados, olvidos). En 56 horas, en 4 meses, hizo 15 dibujos, todos no figurativos. 

¿Explotado?

Sam SOS tiene 42 años. Él –o más exactamente su mujer- se queja, de su impotencia sexual, en la cual no se encuentra causa orgánica. Es, “sin embargo”, un obrero concienzudo y ardoroso en el trabajo que, siempre según su esposa tendría tendencia en hacerse explotar, hasta caer enfermo; sufre en efecto de ciátalgia , tratadas con reeducación Mézières. Tendría por otra parte acúfenos, algunas “perdidas de memoria” y diversos indicios de una depresión “encubierta”: cefaleas, hipersomnia.  La cura de Oreja Tomatis, algunos consejos sexológicos terminarán poco a poco con todos los síntomas. Durante las 110 horas de su cura sónica que hace en ocho meses, realizó 24 dibujos sin ningún auto-retrato.

¡Que me los corten!

Y. Cecoupas es un tartamudo de 22 años que hace una cura con el Método Tomatis para mejorar su alocución. Hace pocas confidencias; me entero sin embargo de que tiene la intención, a pesar de su juventud de hacerse una vasectomía. Le ocurre, tanto en sueños como en la realidad, de darse un golpe en el marco de una puerta o de chocar muy violentamente contra la esquina de una mesa, hasta el punto de herirse y de necesitar puntos...(78 horas, 30 dibujos o pinturas, ningún auto-retrato).

Don Juan

K. Zanof (26) presenta, en el MMPI, escalas elevadas en Histeria y Psicopatía. Muy seductor, multiplica las conquistas femeninas, puesto que su pertenencia a un movimiento que predica una gran libertad le anima a ello. Es muy extravertido y activo. Durante su cura de Oreja Tomatis (60 horas) realiza 19 dibujos (ningún auto-retrato)

El combate espiritual

T. Higourou (46 años) realiza 85 dibujos en 125 horas repartidas en 16 meses. Se queja de diabetes con importantes variaciones glicéricas (tratadas con un régimen), de trastornos digestivos variados (trastornos vesiculares, gastralgias), raquialgias, urticaria con crisis de eritema gigante a nivel del cuello, rinitis alérgica , delgadez, cansancio. Es un hipómano en mal de espiritualidad, se entrega a diferentes ejercicios de yoga y de meditación de forma bicotidiana . Se encuentra demasiado agresivo, colérico. Se queja del autoritarismo de su madre y de la falta de carácter de su padre.

Swap Perversion / Psicosis y retorno

El Sr. Boadukir es un hombre de 38 años. Hijo no deseado, ha sido criado, en lo esencial, lejos de su familia (por su abuela que no le quería, después en el Pritaneo militar). Los primeros acontecimientos patológicos se remontan a su época de estudios universitarios: se exhibe delante de una niña y más tarde delante de un niño (condenas ligeras de prisión). Después de esto, sigue una cura psiquiátrica clásica durante tres años; acumula entonces diplomas y obtiene un trabajo muy interesante que asumirá durante diez años.

Cuando lo recibo, sufre de alucinaciones auditivas y de fenómenos interpretativos (influencia) basadas en el postulado de una persecución femenina (vecinas, sobrina, su propia madre). Estos síntomas aparecieron en una época de alcoholismo y de fracaso consecutivo a nivel de su trabajo. Vive desde entonces con su madre dominadora, viuda de militar, sobre todo atenta a los problemas de tabaco o de alcohol.

Toda excitación sexual (e incluso todo movimiento de simpatía) que siente sería nociva tanto para el  o la que sería objeto de su atención... como para él mismo. Boadukir se muestra muy ambivalente en cuanto a este problema, quejándose alternativamente de ser impotente (con las prostitutas por ejemplo) y de no serlo  (cuando piensa en ciertas personas. “Se sirven de mi sexualidad para-------------“ Se protege masajeándose el cuerpo con el vegebom  y taponando sus orejas con bolas de cera. Cuando está nervioso, se resiente sobretodo a nivel del cuello que rasca entonces con frenesí. Tiene frecuentemente sinusitis frontomaxilares con líquido claro (probablemente alérgico).

En el transcurso de su terapia sónica /176 horas de “Método Tomatis” en tres años), realiza  148 dibujos (ningún auto-retrato). Se le verá pasar en el test MMPI de “perfil sicótico” (tríada Pa, Pt y Sc > 80 en el MMPI) a una actitud sicopática (Pd > 80, las otras escalas < 70) volviendo así, en el nivel psicopatológico  estructural a su punto de partida (incluso si ningún paso al acto exhibicionista no ha sido realizado desde entonces)...

En el plano medical, pareciendo estar “curado” desde el punto de vista psiquiátrico se le diagnostica un cáncer bronquial, motivando la ablación de un pulmón . Operación a la cual sólo sobrevivirá unos meses...

Marcado por el padre

P. Airdur (24 años) es serio, trabajador, manifiesta una propensión excesiva a las verificaciones (“¿la cartera está en bolsillo?,etc...) Su madre era pasiva frente a un padre muy duro y es a este hecho que él atribuye su excesiva timidez hacia todos los desconocidos, pero aún más delante de un hombre con  actitud de frialdad autoritario. Las molestias somáticas son de tipo dolores gástricos o abdominales, vómitos, diarreas o estreñimiento, cefaleas, lumbalgias. P. Airdur a hecho  162 horas (en 4 años) durante las cuales realizó 215 dibujos no figurativos.

¿ Quiere usted mi foto?

D. Hurfeuil me consulta, a los 30 años, una sordera parcial que afecta esencialmente los tonos  agudos. Se acuerda de haber sentido a los trece años un grandísimo  terror  cuando fue sorprendido por el ruido muy próximo  de un tren que venía muy rápido, cerca del talud en el cual estaba jugando. Es desconfiado hacia todo trato psicológico y se muestra radicalmente cerrado a toda confidencia. Ha ejecutado ocho esquemas para ayudarse a resolver un puzzle y ninguna producción gráfica o pictórica en 42 horas en un año y medio.

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Negativa a representarse

Algunas personas aceptan o eligen hacer una obra gráfica o pictórica pero rehúsan representarse a sí mismos. Hemos buscado entre cien dossiers de nuestros pacientes que llevan el test del dibujo de la familia, los que el sujeto había omitido dibujarse a sí mismo. Hemos encontrado doce dibujos (seis de cada sexo).

Dame padres que me quieran

Erémia escribe “Estoy fijada por falsos problemas de desvalorización, mi perspectiva es la de un futuro negativo, a partir de mi insatisfacción de lo realizado, mi posición dejada a un lado...” La alternativa planteada al principio de nuestras conversaciones es estar aliviada o acabar con la vida. Los síntomas están representados por el sentimiento de soledad, el desamparo, la impresión de inseguridad, importantes constreñimientos fóbicos (“como mi madre y mi hermana”, “tengo miedo de perderme, ser incapaz de...”), el peso de una relación conyugal insatisfactoria, la falta de relaciones sexuales, la ausencia de progenitura  (puede que sea estéril después del aborto de un niño que esperaba de una relación poco estable). “Cuando sus padres fallecieron, ya no hubo nada para mí: me ataba a una pareja parental atractiva, que compensaba algo de mi infancia”. ¡Comprendimos que había sufrido de una grave carencia afectiva de parte de sus propios padres!

La elevación media del MMPI es de 66. Las notas más altas son notablemente las de neurosismo (Ne) y de oposición a la autoridad (Pd). El test de Lüscher muestra la inhibición instintiva, la contra dependencia, el miedo a la desvalorización: “Me hago la pregunta sobre mi imagen en relación con los demás:  me veo en la calle atascada, a disgusto”. Precisa a menudo los términos de un conflicto en el que se enfrentan el horror de “estar a merced de...”  y la incapacidad de liberarse de múltiples formas de la necesidad de seguridad.

Sólo después de varios encuentros ella evoca su infancia:”he vivido la miseria, el frío; mi padre bebía, mi madre se quejaba sin cesar, se confiaba a nosotros como a adultos”. “Era muy pesimista, muy neurótica: es por culpa de ella que nunca he tenido hijos...” Nacida nueve años después de sus hermanas ni siquiera fue un niño (!)...

Mi retraso, ocasional, en recibirla es dramatizado: está abandonada, perdida como Pulgarcito. Es muy sensible a la angustia de la separación “Vivo muy mal los destetes, pero en el fondo me fortalecen...” Estar retrasada o sufrir un retraso es asimilado a estar perdida; este último término surge también a propósito del cambio, cual sea, de la elección en general y también del dinero... Este fantasma, colectivo, se relaciona con la realidad social de la familia, poco afortunada: “He vivido siempre en un barco dispuesto a hundirse, puesto que siempre estábamos amenazados con la expulsión de nuestra vivienda. ¡Cuando tuvimos que mudarnos, besé las paredes antes de marchar!” “Mi padre enfermó cuando tenía ocho años y estuvo enfermo hasta su muerte , 17 años más tarde. ¡Muy a menudo escuchaba si respiraba! En la época de la pubertad, como lo había llamado y no me contestaba, lo creí muerto: mis reglas desaparecieron durante varios años”.

Ella se  identifica con Blanca Nieves en el sueño siguiente “La amante de mi marido, que había vivido en casa, había vuelto y llevaba manzanas... ¡Me odiaba a mí misma por no golpearla como tenía ganas!. Mi madre tenía celos de las relaciones que existían entre mi padre y yo”...

No segura de ser amada

Pimprenelle viene a verme “entre dos trenes”, por así decirlo; menciona dos años de análisis en París, hace alarde de sus relaciones con tal o tal sicoanalista famoso, evoca su antigua actividad en un Hospital Psiquiátrico. Su marido, contrariamente a su padre, sería un hombre que rechaza el trabajo. Este empezó recientemente, una diligencia analítica. Se separará de él “dentro de seis meses...” Viven los dos de las actividades de ella (esoterismo, animación de un grupo). El MMPI muestra sobretodo una elevación en la escala sicopática, y también en las escalas Ma, Pt, Sc. El   Lüscher muestra un rechazo reaccional probable de la imagen materna. Su vida es una huida permanente, va de un sitio a otro, deja deudas por todas partes. Se las arregla para no pagarme ninguna consulta suya o de su hija sino con promesas. La ausencia de su imagen en el dibujo de su familla es sin duda el reflejo del sentimiento de ser rechazada, no amada. Pimprenelle busca a su madre sobre la que piensa tener derechos, por la que ha sido frustrada, que la ha negado, que no está “segura”..

Abandonado por uno más pequeño

Apobol es un niño de seis años, alumno de parvulario. Se aprecia rivalidad con un hermano pequeño, dos años más joven. Su madre lo describe como turbulento , agresivo y posesivo: “Soy un poco su súfrelo todo”. El padre tiene dos hijas mayores de una primera relación. Resulta del test de Lüscher que Apobol se siente sometido a exigencias excesivas y que , a pesar de todos sus esfuerzos, no aparece ninguna benevolencia comprensiva. Se siente abandonado y despreciado.

La Náusea

Emétès, 17 años, se queja de crisis de angustia marcadas por una abundante transpiración, constricción dolorosa a nivel del cuello y vientre, vómitos que le alivian. Llega a provocárselos a título preventivo, cuando hay la perspectiva de un viaje, una competición deportiva, un examen escolar, un lugar que constriñe, angosto, con gente alrededor, etc... El MMPI muestra una elevación de las escalas Mf, Pt, Sc y del índice de angustia. Piensa a menudo en la muerte tanto en sus sueños despierto  como dormido. “¿De que sirve vivir?; ahora, me he vuelto ateo”.

Sus padres acaban de divorciarse “ a causa de las tentativas de suicidio” de su madre, Tiene dos hermanos que viven con él y la madre. Describe a su padre como un hombre bastante violento, muy dominador; “asusta a mis hermanos, a veces hubiese querido que muera”. Imagina a veces que su padre podría matarle con su rifle de calibre 22. “Tenía cinco balas en su mesita de noche: esto hacía una bala para cada miembro de la familia, él incluido”. Sueña “que en la Edad Media queman a un hombre barbudo, un especie de pirata, que no reacciona”). (Las asociaciones libres muestran que evoca bajo este aspecto al analista y a su abuelo, los dos barbudos).

Emétès teme, si se expresa ser despedido por mí sin esperanzas de retorno, que ya no quiera verle más. Observando la presencia de un “osito” en el diván, lamenta no haber tenido ninguno, ni nada que se le parezca, “cuando mi mejor amigo tenía una manta sin la cual no podía pasar y que le escondía -con gran enfado suyo- quizás por envidia”... Durante varios años “golpeaba mi cabeza tomando carrerilla, para dormirme, siempre de este lado (derecho)”... Sabemos que esta práctica de “offensa capitis” está puesta en relación con una actitud particular de la madre en relación con su hijo: se ocupa de él de manera irregular, inestable, manifestándole ternura durante algún tiempo, para apartarlo después, volver a él más adelante, etc...No se autoriza a cogerlo en sus brazos tanto como sería deseable (R. M. Silberstein y coll., 1966). Este tipo eventual de interacción ha dejado suficientes marcas en el discurso de Emétès para que podamos validarlo: describe las actitudes sucesivas contradictorias que ésta manifiesta en su atención y en la de su hermano.

Después del divorcio de sus padres, se atribuye el papel de padre, incluso si se prohíbe parecérsele: “Quiero ser más liberal”, sobretodo en una ausencia de su madre durante ocho días... A veces se acuesta junto a su madre; sueña que le da un puñetazo. Es de hecho lo que hace realmente dormido... Se niega a “ir de discotecas”a pesar de las reprobaciones que ella le hace, pretextando  que el trasnochar le cansaría. Su hermano desea casarse, y, como está corto de dinero lanza esta (media ) ocurrencia “ venderé mi culo a viejas...”. Emétès  pretende que podría hacer otro tanto , sin incomodidad, pues “se puede ganar dinero fácilmente”.

Se ve pues, aún aquí, el rechazo de la madre (aunque incompleto, episódico) y el conflicto con el padre (cuestión de vida o de muerte) traducirse en la ausencia de la imagen de sí en el dibujo de la familla.

El llanto de su madre

Béja está enamorada de su hermano Gabertin: “¡Si un día se casa será duro! ¡No lo soportaré! Si su mujer es simpática conmigo, aún podría ser, si no...” Viene a consulta por un tartamudeo muy molesto que no cedió con los procedimientos habituales (CPPM, ortofonía,  acupuntura, etc...) Se nota también onicofagia. Confiesa que “teme ser molesta en su familia”. El test de Lüscher sugiere que se siente abandonada y despreciada. El MMPI le atribuye  un carácter de manejo difícil , dando mucha guerra a su superiores.

La escala Pa que indica la desconfianza, el sentimiento de ser perjudicada, etc es bastante elevado (78) Tiene pesadillas, temores que conciernen a su familia. ¡Hay que decir que los cuatro hijos han nacido en el espacio de sólo cuatro años! Cuando su madre dio a luz a su segunda hija, Béja, no pudo contener el llanto. Gabertin el tercero viene después y existirá una fuerte rivalidad entre ellos y el  más joven de los hermanos, el niño, “Dididier”.

De más

Dialusine es una niña de seis años que manifiesta una necesidad imperiosa de ternura y afecto. Está tensa para rivalizar, presa  de toda clase de contradicciones internas... Sufre de la reciente separación de sus padres, cuyas relaciones han empezado a atirantarse desde que tiene dos años; el padre, emigrado y militante político, después de muchas tergiversaciones optó, en detrimento de su pareja, por una vida más libre en la cual podría vivir su homosexualidad sin trabas familiares. Asumió la custodia de Diasuline durante algunos meses, después la devolvió a su madre declarando que ya no quería verla más porque tenía asma como su madre, se le parecía “hasta ese punto...”.

Abandonada en el convento

Orphania, 61 años, viene a consultarme por las depresiones que se suceden, en diferentes acontecimientos: carné de conducir, accidente de coche en el cual su sobrina está “reventada”, accidente de su hermana alcohólica que mató a una transeúnte,... El MMPI  muestra un elevación a 74 de la escala de psicastenia (tendencia a la meticulosidad, fenómenos ansio-depresivos, etc). Cuando “se cura” de la situación depresiva que era la suya desde varios años, es para desarrollar una excitación algo excesiva acompañada de una actividad fácilmente importuna o incluso francamente agresiva (hipomanía).

Declara, por otra parte, tener un complejo de inferioridad, ser nerviosa, sufrir de cierta soledad a pesar de la vida comunitaria religiosa que comparte y que “no ha podido realizarla”. Entró en el convento a los 17 años después de haber sido criada en este mismo lugar desde la muerte de su padre (tenía 4 años). Sus comienzos en este sitio fueron traumáticos: “Estuve ocho días para acostumbrarme, llorando sin cesar para volver a casa. ¡Una buena paliza me calmó según parece!”... Su hermano, él, se había quedado con su madre...

Abonados ausentes

Epoudos (25 años) se dirige a mí “en vista de evolucionar”. Es zurdo, presenta una ligera escoliosis y sus consecuencias (dolores...), habla con voz bitonal, se dice egoísta, duda él mismo de su propia sinceridad, se describe como cínico de apariencia, pero, en el fondo, muy poco seguro de sí... Busca “ocupar el terreno” hablando mucho, se muestra generalmente conciliador y encantador o incluso débil: “me dejo pisar a reserva de imaginar poner una bomba en su coche o fuego a su casa...”;  tiene también movimientos agresivos explícitos hacia sus iguales o superiores pues se siente humillado fácilmente, se declara celoso de todo. Los psiquiatras que ya ha visitado (bajo la moción de los padres) le han trastornado o tranquilizado alternativamente... Tiene fracasos variados y, cada vez, piensa en el suicidio antes que afrontar los problemas. Declara “¿cómo es que me las arreglo para recibir golpes y me extraño de recibirlos?”  Deja entender que su madre es captadora, posesiva, que sus lazos son simbióticos; le declara su independencia con dificultad, pero emprende las vías que ella desprecia más:  primero comerciante, luego funcionario... Cuando su madre sufre una histerectomía y se encuentra deprimida asegura “estoy de todas formas obligado a protegerme de ella; no puede uno bajar la guardia, de otro modo retomará  el poder”. Sueña que tiene un bañador demasiado grande en su mano, después se da cuenta que es él de su madre. Fantasea a menudo una agresión “por detrás” o que “va a ser comido por gruesos dientes”... Cuando está solo, tiene enseguida la impresión de ser abandonado, rechazado. “Si estuviese solo, entonces no existiría (impresión de morir viviendo)”. “Ellos (mi madre, y también mi padre, demasiado apartado) han querido que confunda la gimnasia con la magnesia”. Hay que notar que a sufrido exámenes urológicos repetidos (con palpación rectal) en compañía de su padre que sufría de prostatismo, por pequeñas emisiones urinarias sucediendo una a micción normal...

Muchos elementos evocan la posición paranoide kleniana. ¿por qué se olvida en todo los sentidos de la expresión? No sin duda porque haya sido descuidado o abandonado por su madre, sino más bien porque fantasea con la persecución, el rechazo, englobando con él alguno de sus hermanos al que también se olvida de dibujar, aunque señala su existencia, declarando que se ausentó de su casa...

Buscar al culpable

Démosion tiene 15 años cuando viene a mi consulta. Su madre, de origen español, y rechazada por sus suegros por esta razón, tuvo que ser internada la mayor parte de su embarazo “para guardarlo”, después, sufrió una exsanguino-transfusión. Se volvió asmático, como su padre, a los tres años, lo que coincide con la concepción de su hermano del cual se mostrará muy celoso. Se distingue en clase por aptitudes cuidadosamente sostenidas sin cultivo: “puede hacerlo mejor”, “no participa”, etc... La madre se queja de depresión con pesadillas, cefaleas, artrosis cervical, mastosis. Se aprecia incesantes conflictos con el padre. Proyecta ser inspector de policía. El test de Lüscher muestra que se siente abandonado y despreciado.

El mal querido

Muniès es un técnico industrial de 25 años. Se encuentra hipersensible y atormentado por situaciones repetitivas. Tiene problemas con sus colaboradores y con sus superiores, como los tuvo ya con sus padres, “vivo en combate permanente”, dice. Por otra parte su razonamiento religioso muy estimulado le aparta quizás de la acción... Preferirá entrar en el noviciado de una orden religiosa antes que seguir una terapia. Antes, en la Facultad, “luchaba contra el anonimato”, no conseguía estudiar, iba sin cesar a ver a sus profesores. Tiene poca confianza en sí mismo. Dice que su madre era muy dura, moralizadora, y que había dado poco cariño a su familia. El mismo se siente muy especialmente incomprendido... Le MMPI muestra una elevación de varias escalas, sobretodo las que sugieren una oposición a la autoridad, una identificación femenina, excitación... A nivel del Lüscher, notamos que “se aplica en dar pruebas de su valor  para liberarse del temor de la privación y de la exclusión”. A propósito de su dibujo de la familia, precisa que el interés era puesto más en sus hermanas que en él...

Skelettor

Psellos tiene ocho años cuando lo examino por un problema de tartamudeo.  Es un niño dulce, tímido, exagerando la buena voluntad pero muy lento, un poco “en la luna”, zurdo mal lateralizado. Sus padres insisten en sus fuertes celos de sus dos hermanas (5 y 3 años). Rivalidad que confirman los dibujos que hace del sol: rayos alternativamente grandes y pequeños... (Cf. Monique Pagès-Bord, El Sol en el dibujo del niño, 1974). Sus lecturas preferidas nos hablan: “Pulgarcito, Blanca Nieves, y Caperucita”... Se interesa también mucho por  Skelettor y Thao (“niño abandonado”).

Seguidora del platonismo

Brunehilde profesora soltera de 45 años es dirigida a mí por su acupuntor debido a su estado depresivo resistente desde un hace un año a los tratamientos quimioterapeutícos  clásicos tanto como a las medicinas blandas. Con una amiga de la niñez, lleva una vida sentimental y sexual relativamente satisfactoria, marcada por enfados y acercamientos. Para explicar su depresión, aduce la falta de salud de sus padres, sobretodo su madre cuyas capacidades intelectuales se desmoronan y que presenta graves trastornos de la memoria. De hecho, tomará más tarde consciencia de la inmensa agresividad que desarrollaba hacia  esa mujer; Interpela a su padre”¡Va a comernos a los dos!”. Brunehilde tiene frecuentes conflictos con la directora del colegio, a la que ve habitada por fuerzas dañinas. Declara “mi padre es un hombre muy humano, generoso, antiguo oficial de las colonias; me identifico con él: tengo los mismos tics de pestañeo, los mimos gestos, la misma emotividad”. Más tarde, en el transcurso de su psicoterapia, confesará, a propósito de un sacerdote con el que tiene relaciones cada vez más cercanas: “me imagino dando mi vida por él”... Los sacerdotes, objetos prohibidos, la han fascinado siempre... Ve en ello el resurgimiento de antiguos sueños incestuosos con su madre (“pues él es muy femenino”) como con su padre. De niña, no podía soportar que se prolongara un conflicto con uno de sus padres, hacía todo para obtener una reconciliación. Vivía como un niño cuando estaba sola (una gran parte del año) con su madre maestra. Retornaba a un estatus interno más conforme a su anatomía cuando su padre (militar), de vacaciones, venía a reunirse con ellas y que encontraba demasiado anulado ante su esposa más intelectual. Su imagen sexual evolucionará durante la cura: “¡no me siento ni hombre ni mujer, sólo un ser humano!”. En otro momento: Deseo a algunos hombres como si fueran mujeres y yo hombre”... y en fin “veo mi relación sexual como un enchufe eléctrico que tuviera una contera macho y un alojamiento hembra”.

Brunehilde se ve excluida de su familia en la que su made es el elemento fuerte,  en tanto que esta última deseaba un niño y nunca ha renunciado a ese deseo... la contradicción llevada por la realidad sólo podía traer la agresividad acompañada de superprotección.

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Para elaborar el retrato robot de los sujetos que rechazan incluir su propio retrato  en el de la familia, recordaremos algunas conclusiones de cada una de las doce observaciones de las que disponemos.

1.      Erémia permanece muy discreta, enigmática, sobre su infancia  sugiere haber sido atroz: con un padre alcohólico, una madre quejumbrosa, miseria. Nació “por accidente”, nueve años después de los demás y su cualidad de niña no ha sido apreciada por su madre.

2.      Pimprenelle busca  a su madre que la negó, que no está “segura”.

3.      Apobole está sometido a excesivas  exigencias, tiene el sentimiento de ser apartado, despreciado. Hay una fuerte rivalidad en relación con su hermanito.

4.      Emétès criado por una madre ora atenta, ora descuidada, teme recibir un tiro de escopeta de su padre y  se alivia su angustia con vómitos espontáneos o provocados.

5.      Béja se siente abandonada y despreciada por su familia... numerosa. A su nacimiento su madre no pudo aguantar el llanto. Intensa rivalidad fraternal.

6.      Dialusine ha nacido de una pareja a la deriva: sus padres se la devuelven disfrazando, o no, su rechazo. Orphania tiene cuatro años a la muerte de su padre; es entonces abandonada por su madre en un orfanato religioso, sin embargo su hermano queda en casa...

7.      Epoudos tiene celos de todos y de todo, piensa fácilmente en el suicidio; tiene el fantasma de ser devorado a mordiscos.  Describe a su madre como muy captadora, posesiva; tiene un fuerte componente homosexual rechazado. No puede estar solo, pues le invade entonces un intenso sentimiento de abandono y de morir viviendo. Manifiesta los puntos esenciales de la posición paranoide.

8.      Démosion es el fruto de una boda en la cual su madre no halló ventaja. Se siente rechazado y despreciado por ella y como ella lo es por sus suegros. Intensa rivalidad fraternal.

9.      Muniès tuvo una madre muy dura, sin ternura, rechazando el sexo masculino. Se siente rechazado a pesar de su esfuerzo de identificación femenina. Intensa rivalidad fraternal.

10.  Psellos tiene el fantasma de ser un niño abandonado, esto está ligado al nacimiento de sus dos hermanas que le parecen ser  más amadas que él.

11.  La madre de Brunhilde quería un niño y no pudo aceptarla como hija. De ahí un odio reciproco, sobreprotección materna, dependencia filial exagerada, sentimiento de ser rechazada...

En prácticamente todos los casos, en un grado mayor o menor, de manera más o menos explicita, encontramos que las personas que rehúsan representarse en el dibujo de la familla han sido realmente, en un momento u otro, rechazados por su madre (y a menudo por su padre). Este rechazo es a veces acompañado de una sobre protección compensatoria, de un amor excesivo y asfixiante. Notamos la gran frecuencia de rebelión contra la autoridad y la rivalidad con respecto a los hermanos más apreciados...

La desaparición de sí está en  primer plano, el individuo pinta un mundo que lo excluye: no puede colocarse CON su familia sino sólo FRENTE a ella. ¡Su desaparición es más de la clase del homicidio que del suicidio! A nivel clínico, múltiples detalles confirman esta manera de hablar; sea en mis observaciones, sea en las estadísticas de L.Y. Levin (1978): se ve la disrepresentación  de sí en el dibujo acompañada de una fuerte tendencia (P<.008) al fracaso escolar, especialmente en lectura y a las perturbaciones médico-psicológicas.

Si no pertenece a los hombres estará frente a ellos, contra ellos o para ellos, voz llegada del cielo: justiciero, profeta o rival. No es, entonces, sorprendente en las grandes religiones, en los grandes hombres, la huella biográfica del rechazo de los padres terrestres: Isaac está a dos dedos de perecer a manos de su padre, ¡Abraham, padre de los creyentes! (Génesis, 22). Moisés es abandonado en una cesta en aguas de Nilo (Éxodo, 2) y Mahoma es huérfano (Corán, 93, 6-8). Jesús nos es presentado como un niño sin padre terrestre (Cf. Por Ej. Mateo, 1, 18-24) cuando Buda abandona su familia (donde no debía sentirse tan integrado como quisieran hacerlo pensar sus hagiógrafos)...

Notamos muy a menudo que, para el sujeto, desaparece la posibilidad de simbolizar sus relaciones con su mundo familiar si no es por la ausencia y por el conflicto; desde este punto de vista estamos en un universo del paso al acto, generalmente de tipo extrapunitivo: incluso si los pensamientos de suicidio muy son frecuentemente encontrados, el conflicto y la rivalidad parecen superarlos. Destacamos la oposición a la autoridad familiar y a la ley de los hombres, la depresión malhumorada o la excitación agresiva, el odio de Caín (Génesis, 4) con sus malos resultados, él de Ismael, tirador de arco (Génesis, 21), él de Esaú (Génesis, 25) condenado él también a vivir de su espada, lo que el Zohar (C. Mopsik, 1984, p.296) comenta  te corresponde en propiedad verter la sangre y conducir las guerras”.

El mito de narciso conlleva la muerte del héroe. Abstractamente se puede ver en ello la implicación invasora del instinto de muerte cuya definición primera, por Freud (1929) en el Malestar, ofrece todas las características que los físicos llaman “entropía”. Feed-back estacionario de una indefinida repetición de sí a sí, atracción de lo que es proyectado como perspectiva (conservadora) en un futuro sin porvenir... Como toda imagen es creadora, de alguna manera, un aspecto “negaentrópico” se entrelaza sin embargo en la trampa del espejo. Muy a menudo, en las series de dibujos que poseemos, -que he llamado de primer tipo- toda anécdota otra que la del autor en su propio rostro desaparece. El resto de la obra, es  garabateado o geométrico, en todos los casos no representativo. Hay ahí una iconoclasia especial, monolátrica, que hace de su propia imagen el único ídolo autorizado. Será, por ahí, privada de sus raíces en el mundo, coloso con pies de barro (Daniel, s.d.) que, a pesar de la majestuosidad de su faz se desmoronará al menor choque en su base. Esta limitación de lo imaginario representable implica la incapacidad de modelar las relaciones de sí con el mundo. El único interlocutor en el universo es el yo que todo debe adorar. Salvo que sea decepcionante, de ahí la autodestrucción que prevé el mito.

Concretamente, la somatización, la depresión (especialmente anal o estomacal), los fracasos sentimentales, una homosexualidad conflictiva ( en el plano de lo consciente o de lo preconsciente) y la depresión son a menudo encontrados. El auto-retrato de segundo tipo, así como el rechazo de mostrarse en el dibujo de la familia, se ofrecen como una búsqueda , un metabolismo, cambiador de los rasgos entre el yo imaginario y el otro que espera o rehúsa: proceso vital que  puede ser negaentrópico. El auto-retrato realista, de primer tipo, intenta una homeostasis de la identidad sin imitaciones ni desechos, en un actitud cristalina, angelical hasta mortífera, ¡pues la entropía sólo sabría desarmar la abertura del sistema!

 

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Psychosonique Yogathérapie Psychanalyse & Psychothérapie Dynamique des groupes Eléments Personnels

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18 Janvier 2001

 


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