Dr. B. AURIOL (Francia)
Los maestros del yoga indio distinguen claramente entre los estados de la "Via de Samadhi" y los estados de dependencia inducidos, de tipo hipnótico: los primeros provienen de una larga ascesis; los segundos son la resultante del poder con que un individuo actúa sobre la consciencia ajena poco consistente. La Ciencia occidental, al aplicar el entrenamiento autbgeno, después de la hipnosis, recorre un camino inverso, "servatis servandis", deslindar la relajación de los fenómenos de pura sugestión. Al término de los trabajos electroencefalográficos, se entrevé la posibilidad de verificar cierto acercamiento entre los diferentes estados.
|
A nivel de la introspección y de la fisiología muscular, los distintos estados comportan una impresión de serenidad, de distensión y de hipotonía muscular.
Parece difícil discernir, en la actualidad si el rastro de las grandes ondas rápidas generalizadas, observadas específicamente por ciertos autores en los estados de profunda meditación (yoga y contemplación cristiana), corresponden a artificios musculares localizados o señalan la existencia de estados especiales del funcionamiento cerebral relativos a una hipervigilancia...
Se pueden comparar estas técnicas con la de la "oniroterapia", aunque no contemos más que con escasos estudios electrofisiológicos. Desoille escribe: "El estado de ensueño dirigido, matizado, subvigil, intermedio entre lo "fisiológico" y lo "psíquico" es por esencia, el reflejo de esta cantera inagotable en el que sujeto ha acumulado desde su nacimiento angustias, temores, deseos, y esperanzas, las cuales continúan siendo, en cualquier situación causal y ante el mundo exterior, los factores determinantes de su comportamiento".
No está aun resuelta la cuestión de si "estos estados intermedios entre vigilia y el sueno" son, en realidad estados de tránsito o, por el contrario, constituyen estados especiales, caracterizados accidentalmente por la hipervigilancia de cara a ciertas técnicas citadas anteriormente... Sólo una investigación que se apoye en la existencia de drogas capaces de provocar sueno fisiológico podrá (asi Io creemos) zanjar el debate: pensarnos en una sustancia presente, de forma habitual, en el encéfalo, como por ejemplo, el ácido "gamma hidroxibutirico...".
Vamos a enumerar unas cuantas analogías existentes entre el entrenamiento autógeno y la yogaterapia: silencio externo y calma interior, interiorización somatizante y concentración sin tensiones, de la atención sobre el cuerpo y otros puntos concretos, de la "anatomía sutil" (chakras), educación a la pasividad y a la escucha de si mismo, etc.
|
Estas analogías metodológicas centradas en la obtención de los fenómenos mencionados, analogías que nos hacia observar el profesor Durand de Bousingen en una comunicación personal, no llegan a la identidad y dejan sitio a las diferencias fundamentales.
Dichas diferencias se dan a nivel filosófico y a nivel técnico. "A nivel filosófico" significa: aproximación rnonista del hombre y del Cosmos en la óptica india; postulado dualista fundamental en los métodos occidentales (dígase lo que se quiera en contrario).
Permítasenos puntualizar aquí que son unos ilusos quienes pretenden edificar la ciencia sobre una base que no sea filosófica: corno si cada uno de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos no llevara el marchamo de nuestra visión particularista del mundo, del ser, del hombre... Es que no impregna de por si nuestra lengua el modo de pensar y de razonar ? Les remito a Bachelard, Korzybski, etc.
Detengámonos un poco más en las técnicas y fines propios del yoga y del entrenamiento autógeno.
El primero, cuando exige la confrontación con el guru, no utiliza más que accidentalmente la sugestión, es decir, la acción positiva de aquél.
El guru es, en esencia, quien señala las dificultades y previene contra los pasos en falso y las ilusiones. (Algo así como el "director espiritual" de Occidente.) Hay que tener en cuenta que las vfas mejores hacia las que no se sienten proclives ni siquiera los más aventajados, obligan a una postura activa y personal del discípulo.
El especialista del entrenamiento autógeno utiliza la sugestión en las primeras etapas del ejercicio, del mismo modo que el terapeuta del ensueño dirigido invita al paciente a una conducta personal capaz de disipar la transferencia, en un segundo tiempo, sin haberla previamente analizado. La praxis de estas dos técnicas nos ha enseñado que ambas convergen en un determinado piano, y que el entrenamiento autógeno adquirido puede prolongarse con los pasos fundamentales del yoga.
La utilización terapéutica del yoga no requiere intervención sugestiva alguna (su existencia no es, a veces, más que un artilugio). Se emplea para sacar partido de las "asanas", y de los ejercicios de "pranayama" con vistas a una reestructuración del campo corporal y un estado de distensión que evite todo aflojamiento importante de la vigilancia. Así se explica que la yogaterapia beneficie directamente a enfermos psicosomáticos, mientras que el entrenamiento autógeno se orienta, en principio, a personalidades con una cierta solidez psicológica.
Como muy bien hace notar el doctor Durand de Bousingen: en todos los métodos empleados hay elementos comunes que forman, digamos, el fondo psicoterápico global de ciertas colonias de métodos, y elementos específicos que singularizan precisamente las indicaciones respectivas de cada uno en particular según el síndrome y las posiciones psicopatològicas. El distinguir un fondo común y diferencial permite llegar a indicaciones preferenciales y no a comparaciones más o menos beneficiosas o perjudiciales.
La ventaja particular del yoga reside en el empleo de ejercicios de gimnasia estática que supone, además de una cierta dedicación diaria, la adopción de posturas a menudo penosas en sus comienzos. Resulta de ello una restauración de la homeostasis biológica que se refleja en la normalización del peso, del pulso, de la tensión arterial, del ritmo respiratorio, etc. Pero esto exige una gran fuerza de motivación, al menos en cuanto a la práctica individual. Tanto en la yogaterapia como en la relajación, dicha motivación es, quizá, doble:
Nos hemos propuesto clasificar los métodos que buscan el equilibrio psíquico, según el tipo de ejercicios somáticos en "somato ‑ funcionales" y en "somato ‑ psíquicos". La yogaterapia nos parece el cuadro ideal y el lugar geométrico de las disciplinas que emprenden este camino.
Tal como la concebimos comporta además de los ejercicios del hatha ‑ yoga tradicional practicados en grupo, los ejercicios colectivos de comunicación no verbal y el recondicionamiento semántico, capaces de acabar con el comportamiento relacional aberrante y las líneas de conducta patológicamente estructuradas referidas al mundo y a los demás.
Apuntan, en la óptica no aristotélica de Korzybski, no sólo a reformar la conducta desajustada, sino también a proporcionarle una nueva actitud de apertura y de no ‑ inferencia, susceptible de aumentar en gran manera Sus facultades de adaptación con vistas a las situaciones futuras.
Se trata, pues, tanto de una psicagogía como de una psicoterapia.
Analogías entre el entrenamiento autógeno y la yogaterapia: Silencio exterior y calma interior, interiorización somatizante y concentración de la atención, educación a la pasividad y a la escucha de si mismo...
Diferencias:
Oriente propugna la aproximación monista del hombre y del Cosmos.
Occidente presenta el postulado dualista fundamental.
Características de sus técnicas (convergen en un determinado piano)
El yoga utiliza accidentalmente la sugestión: el guru previene y señala las dificultades (se puede practicar directamente con enfermos psicosomáticos).
El entrenamiento autógeno utiliza la sugestión en las primeras fases del entrenamiento (se emplea con sujetos de cierta solidez psicológica).
Motivaciones:
a) Las ventajas inmediatas relativas a ciertos síndromes funcionales y a un sentimiento de distensión, euforia discreta.
b) Convicción de que acarreará mejora e incluso curación de los trastornos.
Se trata por tanto de una psicagogia y una psicoterapia.
Les analogies entre le training autogène et la yogathérapie résident dans:
Le silence extérieur, le calme intérieur, l'intériorisation somatisante, la concentration de l'attention, l'éducation à la passivité et à l'écoute de soi.
Les différences proviennent du fait que:
L'Orient prône une approche moniste de l'homme et du Cosmos et que l'Occident prêche un postulat dualiste fondamental.
Chaque technique a ses caractéristiques:
Le yoga utilise accidentellement la suggestion: le guru prévient et indique les difficultés. (On peut le pratiquer directement avec des malades psychosomatiques.)
Le training autogène utilise la suggestion dans les premières phases de l'entraînement. (On l'emploie avec des sujets d'une certaine solidité psychologique.)
Motivations:
a) On obtient des avantages immédiats, relatifs à certains syndromes fonctionnels et à un sentiment de distension et d'euphorie discrète.
b) On a la conviction qu'on arrivera à améliorer ou même à guérir les troubles.
Bref, il s'agit d'une psychagogie et d'une psychothérapie.
Analogies between Autogen Training and yogatherapy :
Exterior silence and internal calm, somatizing internalization and attention concentration, education in passivity and in listening to oneself...
Differences :
Orient: monist approach to man and the Universe.
Western World: fundamental dualistic postulate. Characteristics of the techniques (they converge on the same plane):
Yoga accidentally uses suggestion. Guru foresees and indicates the difficulties (it can be practised directly with psychosomatic patients).
Autogen Training uses suggestion in the first phases of training (it is used with subjects of a certain psychological solidity).
Motivations:
a) The immediate advantages relative to certain fundamental syndromes and an emotion of distension and discreet sense of well‑being.
b) Conviction that will bring about improvement and even a complete cure of the disorders.
Therefore, we are dealing with a "psychagogia" and a "psychotherapy".