Traducido por Dr Hector Spivak, MD
¿Qué es un grupo ?
No creo que pueda definirse un grupo simplemente como un conjunto de individuos. Un grupo es una unidad fundada en las interacciones de los participantes que, según la etimología, se « anudan » entre sí (origen germánico : *kruppaz, masa redondeada, nudo).
Diferentes tipos de grupos según su dimensión
El grupo tiene características -y sin duda leyes- derivadas de la cantidad de participantes. Por lo tanto, puede estudiarse según diferentes categorías :
• de 1 a 7 personas (pandilla, equipo) ;• de 8 a 21 personas (grupo pequeño) ;• de 22 à 99 personas (grupo grande) ;• una o varias centenas de personas (grupo muy grande, institución, empresa, asociación) ;• uno o varios miles de personas (muchedumbre, habitantes de una región, miembros de un sindicato, partido, grupo sectario o religioso) ;• decenas, centenas, miles o millones de personas (masas, pueblos, habitantes de un país, adeptos a una religión).
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Regularidades observadas en los grupos
• La vida de grupo engendra una regresión -en el sentido analítico- y refuerza las tendencias fusionales en cada uno de los participantes. Este efecto parece guardar relación con la masa del grupo (es máximo en los grupos muy grandes y en las muchedumbres) y con la intensidad de las interacciones afectivas intragrupales.
• Ello es más evidente aún cuando el grupo vive centrado en sí mismo, en sus propios participantes, y especialmente en la vida afectiva o las experiencias espirituales de éstos.
• También es más evidente en los grupos de tipo « no directivo ».
• Pueden encontrarse ejemplos en el libro de Max Pagès « La Vida Afectiva de los Grupos », en particular sus observaciones sobre el grupo « de la ballena », donde los participantes tienen la impresión de vivir como una sola alma. Los « Actos de los Apóstoles » ofrecen este primer ejemplo :
IV- 31 Cuando hubieron rezado, tembló el lugar en el que se hallaban reunidos; llenos del Espíritu Santo, todos anunciaban con seguridad la palabra de Dios.
IV – 32 La multitud de los que habían creído no era sino un corazón y un alma. Ninguno decía que sus bienes le pertenecieran, todo lo poseían en común.
• Los miembros del grupo tienden a hacer los mismos gestos al mismo tiempo, y cuando lo advierten, les causa gracia. Sus vientres hacen ruido al mismo tiempo, su respiración se suspende o acelera de común acuerdo, quieren hablar para quitarse mutuamente las palabras de la boca...
• Es posible identificar algunas etapas evolutivas, groseramente iguales, en los diferentes grupos.
• Los grupos segregan y adoptan de modo casi unánime ciertas estructuras imaginarias (cuentos, leyendas, mitos, proverbios, etc.), ciertas emergencias propias del inconsciente común, como por ejemplo el humor.
• Tienden a crear un sistema de intercambios codificado, y pueden llegar a constituir una jerga, un dialecto, y aun una lengua y una escritura.
• Este trabajo simbólico genera constumbres obligatorias, ritos venerados, símbolos identificatorios (bandera) y leyes orales o escritas.
¿ Conglomerado o unión ?
En base a todo esto y a muchas otras consideraciones cabe afirmar que el grupo no puede reducirse a la yuxtaposición aditiva de sus constituyentes. Éstos se juntan y organizan en unidad, ya sea una unidad explícita, formal, o bien una unidad implícita, sin legislador designado, casi carnal.
Como en el organismo vivo -con el que a menudo se han comparado las comunidades- los elementos o células no pierden su individualidad, pero adoptan estilos de acción semejantes, intercambian materias e informaciones, se disponen en los mismos lugares, adoptan los mismos ritmos, toman de la colectividad los medios para sobrevivir y se presentan como humildes servidores del todo.
La imagen nos viene de las religiones : la Sanga (comunidad en la que todos los budistas buscan refugio), el Cuerpo Místico de Cristo (que vuelve solidarios a los vivos y los muertos), la Umma o matriz de los creyentes que se someten a la voluntad divina, y hasta la Internacional para un futuro venturoso. En estos tiempos de mundialización, liberal o regulada, no se puede evitar la metáfora del organismo, que también se aplica a la familia tradicional, al grupo pequeño, al pueblo, a la etnia, etc.
Así pues, el todo grupal aparece como una nueva unidad, que eventualmente es la nueva célula de un organismo mayor. Según procesos aún no definidos, esta nueva unidad tiende a dotarse de una frontera con respecto al ambiente, tiende a instaurar una jerarquía en su seno, organiza su propia supervivencia, y hasta su reproducción, busca su desarrollo, se da un territorio y trata de extenderlo, y entra en competencia con respecto a eventuales seres similares.
Importancia de la frontera
Puede ser previa a la constitución del grupo, ser su molde, su receptáculo, su matriz. Cierto número de personas se reúnen en determinado lugar y en determinado contexto, ya sea en una isla desierta a causa de un naufragio, en un show televisivo (Big Brother), en una sesión de entrenamiento empresarial para formar un « equipo » con individuos que no se conocen, etc. Todas ellas se encuentran sometidas a la necesidad -a menudo económica- que las ha llevado a formar parte de ese grupo (ganar dinero para vivir), y asimismo al hecho de que, para cumplir con la meta del grupo, debe existir un mínimo de coherencia entre los integrantes. Por lo tanto, éstos tienen que participar en numerosas interacciones aunque sus « colegas » no le resulten especialmente simpáticos. Existe, pues, cierto matiz de obligatoriedad, fuerza necesaria para constituir el grupo : se trata de un equipo "por obligación".
Otra manera de constituir un grupo podría basarse más en el nacimiento espontáneo de vínculos recíprocos de simpatía, identidad de intereses, pasiones comunes, seducción, neurosis complementarias, etc. Aunque bajo el ideal aparente pueden disimularse muchos elementos ilusorios, se trata de un equipo "por elección". Este grupo debe encontrar su unidad en una identifiación recíproca, en la búsqueda de objetivos comunes y en la promoción de una eficacia generadora de leyes internas, jerarquías y, más importante aún, una frontera que permita determinar quién pertenece al grupo y quién es extranjero al mismo.
A no dudarlo, numerosos grupos « por obligación» pueden evolucionar y aproximarse a los grupos « electivos » por efecto de evicciones, cooptaciones o sobresaltos. De igual modo, al afrontar la dificultad de los problemas externos, los grupos « electivos », que a menudo son el fruto de proyecciones entre sus miembros, suelen evolucionar hacia formas más obligatorias (e incluso violentamente obligatorias).
Como se ve, la frontera puede, con mayores o menores dificultades, crear la unidad de un grupo, pero el funcionamiento de éste, aunque sea muy fluido, lleva a crear o reforzar una frontera. La ventaja de la frontera es que permite crear las tinieblas exteriores : gracias a ella se sabe qué está bien y qué está mal.
Independientemente de que haya nacido de interacciones espontáneas o que se haya forjado en un « molde », el grupo es algo más que una distinción de frontera entre él y lo que lo rodea, puesto que alberga interacciones de diverso tipo : simpatía, amistad, amor, odio, celos, etc. En él se ejercen todos los sentimientos humanos, se proclaman o se murmuran todas las palabras, se comparten o se encubren todos los secretos. Por otra parte, ningún grupo parece poder escapar a las relaciones de autoridad y sumisión, ya sea en base a rasgos puramente temperamentales (líderes y seguidores) o bien, más legítimamente, en base a la necesidad racional de organizar la acción. Estas relaciones, que constituyen el esqueleto del grupo, permiten establecer una distinción : por un lado los « grupos molusco », donde lo esencial es la frontera, mientras que la jerarquía se halla reducida a su mínima expresión (tortuga de gruesa caparazón y cabeza pequeña), por otro los « grupos vertebrados », donde la frontera está igualmente presente, pero de manera mucho más dinámica, y la jerarquía cuenta mucho, pudiendo resultar agobiante.
En su admirable esfuerzo por comprender la locura, Basaglia destaca el hecho de que ésta no es la única desviación legible en un grupo (o en un gran grupo como « la sociedad »). Llega así a la idea paradójica de que los desviantes son mayoría. Vale decir que la unión de todos los conjuntos de desviantes coincide casi con la sociedad entera... (entendiendo por « desviantes » a todos quienes no son productivos : locos, enfermos, inadaptados, parados, amas de casa, niños, jubilados, etc.).
En la dinámica de grupos se ha observado que, a la par del liderazgo oficial, pueden coexistir múltiples jerarquías no constitucionales, aunque sí muy constituyentes : el liderazgo afectivo que le confiere a tal miembro un papel emocional de primer nivel, de modo que funciona como caja de resonancia emocional de los otros miembros, el liderazgo contrapuntístico del payaso, al que el grupo le encomienda la tarea de caricaturizar, revelar las fragilidades, señalar lo obvio, etc. Existen asimismo liderazgos subterráneos, como el del « líder pirata » que influye intencionalmente (« cabecilla ») o no sobre muchos de sus colegas, o el del gusano en la fruta, que pone a un colega próximo al líder oficial en el papel de chivo emisario o de efigie que debe ser tirada abajo, y luego en el papel de salvador inesperado (alternativamente tótem y tabú como representación del jefe). Este mecanismo se instaura independientemente de la intención de producirlo : en términos socioanalíticos se trata de un « analizador natural » (Hess, 73 sq.). Es interesante puntualizar diversas variantes del representante del rechazo, el reprobado, el excluido, la oveja negra, el patito feo, el chivo emisario, el «extranjero que no es de aquí » (sabrosa expresión meridional que sorprendió a Georges Hahn) o el meteco (del griego metoikos, extranjero domiciliado en Atenas y, por extensión, cualquier extranjero juzgado de modo desfavorable).
Se dice que basta una manzana podrida para echar a perder a todo el resto, es decir, que un hombre vicioso puede corromper a toda la sociedad.
Chivo emisario : « Aarón cogerá los dos machos cabríos y los pondrá ante el Eterno, a la entrada de la tienda de reunión, y echará sobre ellos suertes : uno será para el Eterno y otro para Azazel. Ofrecerá el primero como sacrificio expiatorio, y el segundo será puesto vivo delante del Eterno para expiar los pecados, y luego será soltado en el desierto. » Levítico 16 : 7-10. En hebreo, « azazel » significa quitar. El chivo para Azazel cumplía la función de tomar los pecados del pueblo y alejarlos para purificar al grupo.
Desde hace mucho tiempo, Rémi Hess señala que existe una incesante tendencia a reforzar el poder de un grupo cada vez más reducido de « decididores ». Éstos son esencialmente los propietarios, quienes ejercen un impacto extremadamente fuerte sobre la política, aun en los regímenes democráticos. Las decisiones corresponden a un sistema de valores de naturaleza económica. El éxito excesivo de quienes triunfan podría llevar a romper el equilibrio.
Evaluación de la centralidad de los miembros del grupo
Evaluación de los vínculos diádicos
Para evaluar la situación de los miembros de un grupo entre sí y definir sus respectivos papeles es útil, y aún imprescindible, medir la distancia (o su inversa, la proximidad) entre los individuos conisderados de a dos. Se ha estudiado esta evaluación en algunos ámbitos particulares (especialmente el de los lazos afectivos en el seno de la familia), pero faltan instrumentos de evaluación estandarizados que pudieran aplicarse a cualquier par de individuos. La evaluación sociométrica se halla bastante cerca de lo que necesitamos, aunque carece de la generalidad que sería de desear porque se aplica en el marco de un grupo definido, y la medida del vínculo entre dos individuos no puede trasponerse a un grupo distinto de aquél en el que se ha practicado la medida.
Hemos escrito en plural « instrumentos de evaluación estandarizados » para destacar la multiplicidad de las medidas posibles : lazos afectivos, grado de conocimiento de uno a otro y viceversa, relación de poder (diferenciando el poder manifiesto, institucional, y el poder real que puede distribuirse de modo diferente, y colaborar u oponerse), frecuencia y duración media de los contactos, estrechez media del contacto, campos comunes de interés, de procupación, naturaleza de las actividades en ocasión de los contactos (trabajo, esparcimiento, deportes, cultura, etc.). Es preciso explorar la dualidad de estos vínculos (canal utilizado por el lazo y flujo en dicho canal). Demos un ejemplo : se puede decidir construir una autopista para unir el sur y el norte de un país ; luego, una vez que el « canal » existe, se puede medir el flujo de coches y de camiones. La existencia de un camino entre dos elementos del grupo nada presupone acerca de los intercambios reales que por él habrán de producirse.
La centralidad de un individuo depende de la proximidad de los otros con respecto a él. Intuitivamente, todos los subordinados conocen al jefe aunque éste no conozca a todos sus subordinados. Así pues, se pueden tomar en consideración dos medidas distintas para evaluar dAB : {d(A=>B)} y {d(B=>A)}. Entonces se podrá distinguir dAB y dBA.
Si la proximidad se halla definida por intercambios simétricos se puede utilizar una distancia independiente del sentido de la relación (dAB = dBA).
En la teoría de los grafos, este concepto se encuentra designado con el término « grado de un agente » : grado entrante, grado saliente y grado total. En un grafo orientado, el grado entrante de un agente mide el número de arcos de los que constituye el destino. El grado saliente mide el número de arcos de los que es el emisor. El grado total es la suma de los dos anteriores. Gracias a estas medidas es posible estudiar la estructura interna de las comunidades, en especial para revelar la existencia de agentes centrales y agentes periféricos.
Consideramos una proximidad definida por contraste en una población bastante numerosa, y probada de nuevo en poblaciones diferentes. Así podría obtenerse, para cualquier par de individuos, un valor que sería referido a la población de referencia estadísticamente contrastada. Por ejemplo, podría tratarse de una métrica de desviaciones (en sigmas) con respecto a una media, o bien se podría utilizar una comparación con los cuantiles de la población de referencia.
Cuando dos individuos no tienen ninguna relación directa detectable (distancia que aparentemente tiende al infinito, proximidad que aparentemente tiende a 0), se puede y se debe evaluar su distancia utilizando otros individuos que constituyen puntos intermedios entre ellos. Por ejemplo, si A está en relación con B, B con C y C con D, y no hay ningún camino más directo entre A y D, la distancia de A a D será la suma de las distancias AB, BC y CD :
dAB = dAB+dBC+dCD
Sólo la distancia del individuo a sí mismo puede ser igual a cero. La proximidad entre dos individuos nunca es igual a cero. Según las observaciones experimentales, podrá ser oportuno atribuirle a este tipo de lazo directo (aquí dAD) un coeficiente corrector fijado empíricamente en base al contexto y al número de intermedios.
Podemos definir un índice de centralidad Ci para cada uno de los puntos i de un grafo :
Sea k el número de los puntos pertenecientes al grafo.
Sean i y j puntos pertenecientes al grafo (vértices).
Sea dij la distancia entre los puntos i y j (aristas).
{ en caso de una relación no simétrica, el sentido de la flecha ira de j a i}
El índice de centralidad permite atribuirle a cada individuo i un peso determinado por la distancia que lo separa de cada uno de los otros, y evaluar así la proximidad de los otros elementos del conjunto con respecto a él. Se formula la hipótesis de que un individuo es tanto más central en un grupo cuanto menor es la distancia a cada uno de los miembros.
Otros autores han llegado a una fórmula casi idéntica, sólo que sustrayendo uno al valor de k en virtud de la discutible hipótesis según la cual no intervendría la relación de un individuo consigo mismo. Me parece preferible considerar que, en ciertos contextos, tal distancia de i a i puede ser no-nula, ya sea porque haya que tomar en cuenta tal o cual modo de spaltung en el interior del sujeto (en cuyo caso se ha de considerar a la par de i un i’ de naturaleza « virtual »), o bien porque se haya de considerar un camino del sujeto hacia sí mismo, así sea pasando por otro (la madre, el cónyuge, etc.). Por otra parte, se ha destacado que no basta con tomar en cuenta distancias basadas en la proximidad (closeness centrality) y se ha propuesto remediarlo tomando en cuenta la "Betweenness centrality » o centralidad de interposición que se mide por el número de geodésicas que pasan por el punto considerado. Pienso que nuestro modo de calcular una distancia a este punto a partir de todos los otros puntos del grafo utlizando el camino más corto -aunque éste deba pasar por arcos ya contados para otros puntos- reúne las ventajas de los diferentes tipos de centralidad propuestos.
CLOSENESS CENTRALITY (Freeman, 1979)
Se puede evaluar un índice análogo invirtiendo las flechas en las relaciones disimétricas. Este índice ya no sería tanto de accesibilidad como de centralidad (vuelven a aparecer aquí las nociones de grado entrante y saliente).
Hace muchos años hemos definido este índice para superar las dificultades que planteaba el índice de centralidad de Bavelas. En la actualidad, la noción de centralidad vuelve a despertar el interés de los investigadores. La betweenness (interconectividad) es un indicador que mide el número de caminos entre dos agentes que pasan por un tercero. Un agente con una fuerte interconectividad puede ser visto como un puente, un paso obligatorio en las relaciones entre los demás agentes.
La interconectividad de un vértice j representa el número de geodésicas de i a k que pasan por j, es decir, el número de « veces » que un nudo cualquiera de la red tiene necesidad del nudo considerado para llegar hasta otro nudo por el camino más corto.
Más precisamente, si gij es el número de caminos geodésicos de i a j y gikj es el número de caminos de i a j que pasan por k, entonces gikj/gij será la proporción de caminos geodésicos de i a j que pasan por k. Se denomina « betweenness centrality » o centralidad de interconectividad a la suma ck = gikj/gij para todo par i, j.
Como se ve, la definición de la « betweenness centrality » es cercana a la que hemos utilizado para la centralidad. Este parámetro indica en qué medida un actor está « entre » los otros actores de la red (« betweenness centrality »): un actor es central si es el punto de paso obligatorio (« broker », « gatekeeper ») para la unión entre un gran número de actores y por ende dispone de un potencial de control sobre los demás actores (Scott, 1977). Podría traducirse « gatekeeper » por « guardián del umbral », « portero », « vigilante » o « aduanero ». Considerada en el contexto del funcionamiento humano intrasistémico, esta función se asemeja a la idea de « censura » propuesta por Freud entre el consciente y el inconsciente reprimido. También se evoca la instancia del « superyó ». Si se considera al cerebro como una red cuyo grafo estuviera compuesto por granos que respondieran a las formaciones individualizadas de sustancia gris y por conexiones que respondieran a los haces de sustancia blanca, podría emplearse el término « guardia » en lugar de « gatekeeper », especialmente para designar una formación como la amígdala cerebral.
El cálculo de la betweenness centrality puede basarse en el algoritmo de Kruskal.
Los índices de centralidad y de accesibilidad definidos más arriba sirven para caracterizar tipologías de grupos :
• « piramidalidad », « jerarquización » graduada con mayor o menor número de escalones (asimilable al concepto socioanalítico y microeconómico de verticalidad)
organización « graduada »
organización « cooperativa »
Dos tipos de red (G. Parmentier, 2003)
• « cefalidad » de los grupos que serán monocéfalos (con un individuo de gran centralidad respecto de los otros), bi- o tricéfalos (o N-céfalos !).
Como ejemplo sociológico de la cefalidad cabe establecer una coparación entre la iglesia católica romana (monocéfala) y las iglesias autocéfalas que constituyen, en conjunto, la Iglesia ortodoxa.
• La « granularidad » responde a la presencia más o menos marcada de subgrupos de individuos que se comunican fuertemente entre sí y que se hallan más o menos separados de los otros subgrupos. La granularidad sirve para distinguir subgrupos y evaluar sus interacciones, que pasan por uno o varios « gate-keepers », « brokers » o « embajadores ». Se puede evaluar el grado de dependencia a un grupo central de cada uno de los « granos » por ejemplo, en el caso de un « holding »). AquÍ vuelve a aparecer, aunque mejor formalizada, la noción sociofilosófica de transversalidad (que se puede relacionar con la de horizontalidad en el ámbito de la gestión).
- Algunos autores definieron la « cliquishness», medida de la creación de bandas en una red de agentes descrita por Watts (1999). Esta medida caracteriza el hecho de que los nudos adyacentes a un nudo dado son adyacentes entre sí. Por ejemplo, en una red de amistad, mide el hecho de que dos personas que tienen un amigo en común también son amigas entre sí.
- Los flujos intrabanda disminuyen los flujos interbandas : los miembros de una banda tienden a aumentar sus intercambios recíprocos y a cerrarse a numerosas comunicaciones externas. Toda banda, pues, tiende a constituir un esbozo de frontera.
- Como se ve, se trata de un grano, de una región del grafo, que según nuestra terminología se halla afectada de una centración local máxima.
- Si se desea medir el coste de una implicación exhaustiva de los miembros de la red, se podrá utilizar la medida del ciclo mínimo que vincula todos los puntos del grafo sin excepción y vuelve al punto de partida (itinerario « del representante de comercio »). Es una medida interesante porque permite considerar ritmos verdaderamente colectivos : una vez terminada la « vuelta del grafo », hay casos en los que puede reproducirse de modo amortiguado o automantenido. La constitución de tales ciclos sólo puede involucrar la parte libre de los flujos. Ésta corresponde a los elementos que no tienen dificultad para circular a causa de las resistencias de algunos vértices, de algunos canales de comunicación y del fenómeno de fronteras entre las bandas y el resto de la red.
Relaciones con otro grupo y sus elementos
Puede definirse la Centración Cgr de un grafo como la Centralidad media de los puntos del grafo.
Cuanto más fuerte es esta centración, más lejos se está de un grupo con lazos interindividuales muy pobres, para acercarse a un ideal compacto en el que cada miembro se encuentra a mínima distancia de todos los otros. Se trata, pues, de un índice que mide la cohesión del grupo. Se realiza la sumación para la Centralidad y para la Accesibilidad, y se divide por k o por 2k.
Cuando en el grupo existen dos bandas que sólo están reunidas por un pequeño número de Gate-keepers, la Centración total está muy debilitada y es francamente inferior a la centración de cada uno de los dos subgrupos componentes.
Si se admite que la distancia entre dos individuos puede evolucionar, las Centralidades individuales tienen cierta evolutividad, como así también la Centración del grupo y su cohesión.
En el psicoanálisis de grupo se presta especial atención a los desequilibrios considerados desde el punto de vista del conjunto. Con el término « socioanálisis », Jacob Levi Moreno ha designado un instrumento para evaluar las consecuencias de la entrada de un nuevo elemento en el grupo (en qué medida dicho elemento será un factor unificador o desintegrador).
« Aunque desde el punto de vista terapéutico el análisis de grupo recurra principalmente al psicodrama, normalmente debe desembocar en el sociodrama (al que se puede considerar como una técnica de identificación y de desmitificación de las ideologías colectivas). En la práctica se pasa insensiblemente del psicodrama al socioframa. Pero así como lo más interesante del psicodrama es la posibilidad de que el yo se ponga en el lugar del otro, el sociodrama, a partir de la interpretación de las interacciones, sólo debe expresarse en términos de grupo. »
A lo que el Profesor Jean Poirier agrega : « cada entidad grupal puede tener un inconsciente colectivo, como puede tener una consciencia colectiva, de la famiilia a la aldea, de la ciudad a la nación. Ábrese así un campo de exploración sin límites ; (...) desde hace mucho tiempo se han identificado fenómenos de grupo irreductibles a la consciencia ; por ejemplo, después de las guerras se observa una evolución de los índices de natalidad que determina una progresión numérica, y durante unos años modifica el índice de masculinidad a favor del elemento masculino (aproximadamente 105 varones por cada 100 niñas). Se podría volver a plantear el problema de la declinación demográfica de algunos grupos arcaicos (Marquisianos, Bochimanes, Pigmeos, etc), que no se ha expresado por un aumento de los índices de mortalidad infantil, sino por una caída inexplicable de los índices de natalidad.
De un modo más general, el socioanálisis permitiría reformular ciertos problemas que plantean la historia de la moral y la ética, la transmisión de los sistemas de valores y la sociología del conocimiento. Se tiende a olvidar que, para Freud, la Massenpsyche, « en la que tienen lugar los mismos procesos psíquicos que asientan en el alma individual », no se sitúa a nivel del psiquismo consciente (Totem y Tabú).
El socioanálisis podría ayudar a comprender mejor la génesis de los epistemas que constituyen el telón de fondo de toda la vida social. Podría echar luz sobre los procesos de acción (y de interacción) de las infraestructuras y de las superestructuras. La génesis de las ideologías abre un inmenso campo de investigación, ya se trate de racionalizaciones secundarias y de reinterpretaciones, o bien de los mecanismos que imponen las alienaciones y las mistificaciones y permiten las manipulaciones del poder. (© 1998 Encyclopædia Universalis).
Notas tomadas de « Centro y Periferia », de R. Hess.
Ya en 1978, Hess señala la creciente centralización de los lugares de decisión, y emplea el término tan actual de « mundialización ».
Sostiene que el análisis institucional constituye tanto una acción como la construcción de un saber. Se trata de reconocer las separaciones que existen a causa del Estado y hacer que surjan « contrasíntesis » en los lugares periféricos donde se encuentran los « actores sociales ».
El sistema institucional comprende uno o varios centros cuya realización más evidente es la del poder político, y una periferia más o menos periférica, y aun marginalizada, que reúne a todos los que, por una u otra razón, han quedado excluidos de las decisiones que les atañen. R. Hess propone una tipología de las reacciones del poder institucional al pedido de uina intervención socioanalítica por parte de un centro no oficial.
1. fluidez ideal : la energía circula libremente en el grupo, no hay bloqueo horizontal ni vertical. Pueden formarse « grupos-temas » autónomos con respecto a las fuerzas instituidas.
2. cristalización : el centro acepta el impulso periférico pero lo « territorializa » en una parte del espacio institucional.
3. canalización : los impulsos periféricos son administrados por el poder en forma de institución de « canales » autónomos en los que se pierde la demanda inicial.
4. latencia : el impulso es aceptado teóricamente, pero fuertemente frenado en la práctica, y con el tiempo se pierde.
5. bloqueo : luego de la aceptación aparece una rigidización y un bloqueo por conflicto en el interior de la institución.
6. crispación autoritaria : rechazo sistemático de lo extraño, de lo diferente, de lo periférico... Forma más o menos explícita de fascismo que termina por asfixiarse a sí misma por falta de intercambios con el medio exterior.
El centro sería conservador, trataría de fijar la estructura y, por consiguiente, estaría cerca del instinto de muerte. La periferia sería fuente de cambio, cercana al instinto de vida. Pero para que la estructura persista, el centro debe tolerar algunos cambios provenientes de la periferia. La ausencia, la destrucción o la demisión del centro supone la atomización del grupo, que es otra forma de muerte. El grupo, como tal, no puede subsistir si no se instaura un equilibrio dinámico entre centro y periferia. Si el centro es sordo al pedido de cambio, el impulso « profético » proveniente de la periferia termina por reforzarse. En el caso inverso, cuando el impulso se canaliza, se controla y se integra, puede decirse que la profecía fracasa (efecto Mühlmann descrito por René Lourau). El refuerzo jerárquico tiende a crispar este equilibrio (efecto Lefebvre).
Como se ve, la posición de estos autores se basa en el hecho de que « el individuo está profundamente precondicionado por su comunidad ». El tipo de intervención analítica que propusieron, por ejemplo, Georges Lapassade y la mayoría de los analistas institucionales, trata de tomar en cuenta la posibilidad de una acción a contracorriente destinada a modificar la institución sobre la base de una especie de « happening ». Con este fin utilizaron abundantemente la provocación, alienándose la simpatía de los representantes del poder institucional, a quienes tales procedimientos causaron muchas dificultades.
Como se comprende, a veces el socioanálisis va asociado a la actitud informal y marginal de sus protagonistas, que proceden así, podríamos decir, por temperamento. También va asociado a una pretención que los propios socioanalistas consideran ilusoria (cf. Hess, p 66-67) : que el analista pueda conservar una mirada neutra y benévola y al mismo tiempo sumergirse en los torbellinos de la vida grupal. Muyb pronto los socioanalistas chocaron contra ciertas dificultades : ¿cómo evaluar su propia presencia, cómo cuestionar a un conjunto y a sus líderes, siendo que por lo general eran estos mismos quienes les habían solicitado la intervención ? Se encontraban, pues, entre la espada -falsamente inocente y reblandecida- del jefe y la pared de los subalternos.
El enfoque que aquÍ presentamos pretende ser más moderado en el nivel de la acción, y más sensible a las dudas en el nivel de la teoría.
¿ Un sujeto en plural ?
Tal y como se ha dicho acertadamente de las empresas, el grupo adquiere poco a poco una cultura, una mentalidad, una lengua, un humor. Adquiere también símbolos representativos de sí mismo, de los objetivos, de lo que debe evitarse, de la gloria, de la vergüenza, etc. Edifica leyes promulgadas, escritas u orales, costumbres, rumores, censuras con sus secretos.
¿Podría llegarse a considerar una forma de vida psíquica más allá de los individuos, un inconsciente grupal cuyos intercambios explícitos entre los individuos representaran la vertiente consciente ? ¿Existe un Sujeto del grupo, un « Nosotros », obviamente no-adicional, sino sintético, que fuera más que el conjunto de los individuos subsumidos y no estuviera reducido al poder absoluto del Monarca ?
En determinadas condiciones, ¿cabe considerar a un grupo como un SUJETO psicológico de percepciones, de representaciones, de fantasmas, de pensamiento y de acción ? Se trataría entonces de « NOSOTROS », y ya no solamente de « YO CON »... Yendo más lejos aún, ¿podríamos atribuirle un « inconsciente » no necesariamente arquetipal ni identificable en los individuos, pero sí « colectivo » (o mejor todavía « común ») ? Pero este NOSOTROS, ¿en qué Gran Diván podría decirse ?
La consciencia individual se mantiene dentro de sus fronteras para que cada uno pueda creer que piensa. Cuando la consciencia se retira más lejos mediante la vida ermítica, la capucha de Francisco de Asís o la meditación oriental, a veces llega a experimentar que ha gozado de sí misma, que ha alcanzado la vacuidad y el no-actuar, que es libre, y hasta inmortal.
¿Se puede trasponer al grupo semejante apertura y trascendencia ?
En determinados momentos de la vida de los T-Groups, algunos sujetos experimentan una forma de distanciamiento, de despersonalización, o aun de trance, que podrían asimilarse a los estados individuales que acabamos de mencionar. Pero, ¿y el grupo en sí ?
Indudablemente, sería abusivo hablar de una vacuidad grupal cuando se instaura el silencio. El silencio no basta. Hay silencios de bloqueo, llenos de tensión, de emociones, de pasión. Hay silencios de admiración, de fervor, de espera comunitaria, de esperanza compartida, de certidumbre sin palabras, como ha ocurrido en reuniones multitudinarias, ya sea en Lourdes, en La Meca o en el Ganges. También se producen silencios de este tipo en situaciones más discretas : el caminar con otros, el primero o el último instante de un concierto, etc. Sobre este tema recomendamos el bello libro del Dr. Jacques Vigne (2003).
Los silencios debidos a la « resistencia » del grupo en el sentido psicoanalítico, señalados antes que todos los demás. Desde el mismo punto de vista, otros silencios proporcionan el crisol necesario para la perlaboración, para la asimilación colectiva e individual de algunas tomas de consciencia (insight).
La acción silenciosa de las « constelaciones familiares »
La técnica de las "Constelaciones familiares" de Bert Hellinger, próxima del psicodrama aunque no reconozca este parentezco, sistematiza la idea de que la austeridad verbal, el ahorro de los detalles, la limitación de la confidencia, pueden tener virtudes catárticas inesperadas, que por momentos llegan a parecer milagrosas.
Bert Hellinger toca la esfera del alma que escapa al lenguaje de la psicología analítica moderna, establece un puente hacia la realidad existencial de las profundidades donde no llega la lengua.
Secretos y dramas familiares, duelos no realizados, culpabilidades escondidas o placeres prohibidos pueden sacudir un sistema familiar (grupal) con tanta violencia, que uno de sus miembros se pone a cargar inconscientemente el peso de un drama en lugar de otro. Esto ocurre a menudo cuando un miembro de la familia ha sido olvidado o excluido. En el transcurso de su existencia, una persona puede encontrarse con situaciones extrañas a su historia personal, pero que tienen sus raíces en el destino de otro miembro de la familia (del grupo). Muchos de nuestros sentimientos y síntomas no se deben a nuestra historia personal, sino que se originan en nuestra familia. De modo inconsciente, por amor y lealtad hacia ésta, adoptamos ciertos comportamientos y sentimientos que nuestros ascendientes no asumieron en su momento.
Gracias a la constelación familiar se puede poner en escena a la propia familia : el sujeto elige las personas del grupo que representarán a los miembros de su familia, y elige también a alguien que habrá de representarlo a él mismo. Luego dispone a estos representantes en el espacio, lo que le da una idea visual de los lazos invisibles y de las intrincaciones activas de su sistema familiar. Aparece así una imagen de la dinámica que rige el sistema familiar. Luego se instaura el diálogo entre los actores, que expresan lo que han experimentado.
Los participantes sienten que este simple ritual les permite llegar hasta emociones e informaciones que hasta entonces ignoraban. Es posible que la fuente sea el lenguaje no-verbal. Es posible que la situación considerada contenga consecuencias en forma de ley, y que éstas aparezcan simplemente al dibujarse la red referida por el constelado. Es posible incluso que existan formas no convencionales de comunicación entre los miembros.
Como es obvio, la naturaleza armoniosa o conflictiva del grupo influye sobre el bienestar de sus miembros. De modo recíproco, el hecho de obtener personalmente una relajación profunda, un acuerdo profundo consigo mismo, sería una fuente de armonía para el conjunto social. Esta hipótesis moderna vuelve a conferirle prestancia a lo que los católicos llamaban « comunión de los santos » con las ideas de que « un alma que se eleva, eleva al mundo », que un santo puede ser el pararrayos de sus allegados, que una comunidad religiosa es una bendición para el lugar en que se instala... Pueden encontrarse cantidades de ejemplos en otras esferas de la espiritualidad (zauias, monasterios budistas, ashrams tibetanos, etc.).
Algunos investigadores pretendieron mostrar que cuando más del 1 % de los habitantes de una ciudad practican regularmente la meditación trascendental, se produce una disminución cuantitativa de los fenómenos psicosociales negativos (criminalidad, enfermedades, accidentes de tráfico). Si esta hipótesis se confirmara, muy probablemente supondría un efecto positivo análogo a partir de las otras formas de meditación (budista, judía, cristiana, islámica, agnóstica), y asimismo a partir de la relajación médica.
• Para una visión de conjunto simplificada acerca de los parámetros sociométricos, ver *
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Ver la clase de Stephen P. Borgatti.
5 de mai 2005
Seminario dado en la la Universidad Fernando Pessoa de Porto (18 de julio de 2003)
« Lazos afectivos en un grupo y entre subgrupos », estudio sociodinámico con consideración de eventuales fenómenos de comunicación no convencionales».
Seminario sobre "Psicodrama e Estados Alterados da Consciêntia", Laços afectivos num grupo e entre sub-grupos - estudo sócio-dinâmico tendo em conta eventuais fenómenos de comunicação não-convencionais". Dr. Auriol, avec la participation de Joaquim Fernandes et Milton MADEIRA, Directeur du CEPSI, 18 de Julho de 2003, sexta-feira organização : CTEC/CEPSI (Universidade Fernando Pessoa)